El túnel (1952)

De casi ninguna gran novela se ha hecho una gran película, casi que es la regla, creo que el único género que escapa de eso es el policial, tal vez porque al igual que en una película, lo que más vale en esas novelas es la trama, el fondo, no la forma, en cambio en el resto de las novelas, más las que son como El túnel, dramas existenciales, al ser llevados a la gran pantalla, terminan generalmente, como en este caso, convertidos en cursis, insulsos y pretenciosos melodramas.
La historia apela a lo más básico del conflicto retratado en la novela, salvo ciertas licencias que se toma el director en la adaptación, con la venia de Sábato quien es el co-autor del mismo, donde lamentablemente a las ambigüedades de la novela, que era uno de sus logros, los va quitando de golpe, y volviendo las situaciones lo más obvia posible, al quitarle el misterio a María, la convierten en una anodina heroína trágica, y a Castell en un celopata, que lo era, pero en este caso lo aniñan y lo vuelven un simple neurótico irremediable, o sea todo lo cuentan de la forma más simplista posible, casi como si fuera hubiesen querido hacer El túnel para principiantes, o peor, para tontos.
No hay nada rescatable, lamentablemente, incluso si no se tiene en cuenta la novela en la que se basa, solo queda una historia insustancial y fallida, las interpretaciones al ser un guión tan declamatorio, hacen que sean exageradas, los personajes hablan de forma completamente irrealista, por tratar de calcar los diálogos de la novela, grave error, porque una situación leída, es una cosa, y otra es verla en pantalla, en el cine tiene que oírse mucho más natural,coloquial, distendido, aquí los personajes sueltan frases que parece que estuvieran recitando, en vez de hablando como lo haría una pareja.