La boda (1964)

Basada en la novela de Ángel María de Lera, trata de una boda y sus vísperas en un pueblo chico lleno de costumbres y tradiciones vetustas, donde todos son chusmerios, envidias, y falsas verdades, de gente que no tiene otra cosa que hacer que hablar sobre la vida de sus vecinos.
El contraste entre un hombre rico, de mediana edad, cosmopolita, mujeriego y seductor, que hizo su fortuna en África, y pide en matrimonio a Iluminada, la chica más linda del pueblo, levanta habladurías de todos, envidia en las mujeres y celos en los hombres, sobre todo en el hermano del ex novio de Ilumiada, que está obsesionado con ella.
La historia, circunstancias y personajes por suerte han envejecido muy mal, todo ese sistema de castas y ese machismo estúpido en gran parte ha desaparecido.
También es una metafora de la España de los 60', que ya venia de una década en la que había roto su aislacionismo y su fracasada autarquía, para tener relaciones diplomáticas con occidente, bases militares norteamericanas y una economía desarrollista fuera de los cánones falangistas que intentó antes, bueno esa contradicción entre modernidad liberal y tradición y conservadurismo, por otro es lo que se muestra acá encarnado sobre todo entre este hombre y parte del pueblo, entre los que reniegan de su llegada y los que la abrazan.
Lo mejor que tiene es la mezcla de registros, la película en sí es un melodramón puro, y Demare no tiene miedo ni pudor en meterse hasta las cejas e ir con todo, incluyendo cachetadas, gritos, y demás escenas digamos de culebrón, etc, pero también jugar con el costumbrismo y el grotesco, saliendo bastante bien parado de todo esa mescolanza y haciendo un relato certero y entretenido.
Lo peor quizás sean los males de la época, esa necesidad de meter semi desnudos "provocadores", y también que Graciela Borges y Susana Campos que se suponen son españolas, no las hacen ni siquiera intentar que simulen el acento español.