Mujercitas (Miniserie de TV) (2017)

Para mí, ninguna otra película ha captado tan bien el espíritu de la clásica novela Mujercitas como esta miniserie de la BBC. Todo el reparto borda su papel, desde los más jóvenes hasta los más veteranos (Emily Watson, Angela Lansbury, Michael Gambon... ¡no sé puede pedir más!). Maya Thurman-Hawke es, sin duda, la mejor Jo de todas las adaptaciones que he visto hasta el momento. No tiene ese histrionismo del que pecaba un poco Winona Ryder, es una actuación fresca,... mucho más convincente, se parece mucho más a la Jo de la novela que ninguna otra: esa Jo generosa, despreocupada, audaz,... La serie capta mucho mejor sus conflictos, su paso a la madurez, etc. Y todo esto acompañado de una música deliciosa (el intro es para enmarcar), una fotografía perfecta,... en fin, una adaptación que de la BBC. Para guardar como oro en paño en la estantería y sacar de vez en cuando para reanimar el espíritu.

Quizás son ya demasiadas las adaptaciones de Mujercitas... o quizás es que la que acaba de estrenar Greta Gerwig es demasiado buena y la comparación es poco amable con esta miniserie. Poco amable e injusta, claro, como todas las comparaciones.
Con todo, esta adaptación de la novela de Louisa May Alcott se deja ver muy bien, pese a su tradicional estilo y su calidad, en general, simplemente aceptable. Es entretenida y cuenta bien las vicisitudes de las vidas de las hermanas March y su querida Marmee, que además en esta versión es la siempre genial Emily Watson, o sea que ningún problema. Maya Hawke, revelada al mundo gracias a Stranger Things y labrándose una muy buena carrera más allá de la influencia de tener unos padres conocidos (Ethan Hawke y Uma Thurman, a quien le une un asombroso parecido físico), hace también una buena Jo, y en general el trabajo actoral de todos los implicados es bastante bueno. ¡Si hasta aparece Angela Lansbury! Increíble y admirable que siga aún activa y trabajando a su edad. Además, el trabajo de producción es bueno y en general la narración mantiene el interés y la inherente emotividad de la historia original, que ha cautivado una y otra vez a numerosas generaciones.
No brillante, pero sí correcta.