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La corona vacía: Enrique V (TV) (2012)

La corona vacía: Enrique V (TV)
132 min.
7.2
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Trailer (INGLÉS)
5
Generación espontánea
Última película sobre la serie de ellas basadas en las obras de Shakespeare, que francamente, fue la que más me gustó.
Cercana al texto, tal vez exagera para mi gusto. Aún así es de las mejores interpretaciones de Tom Hiddelston que he visto en años. Me la tragué en versión original pero está muy bien rodada. Los interiores y el vestuario es bastante cutre, pero dado el presupuesto no me extraña. Lo mejor de ella es el brillante reparto por supuesto, lo peor cuando se ponen a hablar en cuaderna vía. Es que la versión de Branagh. Buena dirección.
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8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Tom Hiddleston encandila.
281/10(08/10/23) Sugestivo cuarto episodio de la primera temporada de la serie de televisión británica The Hollow Crown, basada en la obra homónima de William Shakespeare, cuarta obra de la tetralogía de Shakespeare que trata de los reinados sucesivos de Ricardo II, Enrique IV y Enrique V, a este último se dedica este, para un rol que han llevado a la gran pantalla actores shakesperianos tan reconocidos como Laurence Olivier o Kenneth Branagh, aquí es el actor londinense Tom Hiddleston quien da vida al poliédrico monarca inglés, lo hace desplegando carisma y empatía, dejando aura de encanto y seducción. La directora es Thea Sharrock, que guioniza junto a Ben Power (adapta 5 episodios de la serie), manteniendo las clásicas escenas de la obra, aunque minimizando los efectos en modo minimalista el épico discurso del monarca antes de la mítica Batalla de Azincourt para enardecer a su tropa, aquí el embravecido soliloquio es solo ante sus gerifaltes. De secundarios están Paul Ritter como Pistol, Mélanie Thierry como una tierna Kate, también John Hurt (Testimonial como Chorus), Richard Griffiths (bueno como Duke of Burgundy), Peterson Joseph (un correctito Duque de York), Geraldine Chaplin (siempre dejando huella, aun en un rol escasito para su poderío interpretativo), aunque la película pertenece a Hiddleston, es tan arrollador en sus intervenciones que opaca a sus acompañantes y hace que cuando no está él en pantalla la tensión dramática y magnetismo decaiga. La cinta hace porque el ingenio de la escritura shakesperiana brille.

Tiene una buena dirección que hace que la acción fluya con dinamismo, hablándonos por el camino del tránsito de la juventud díscola (a veces) a la madurez, y nunca mejor reflejado que en la vida de este jerarca, al que vemos bala perdida en anteriores entregas, junto al rufián entrañable Falstaff. Como a la fuerza ahorca da el salto al trono y demuestra aquí que tomarlo por cándido adolescente será tóxico para sus rivales.

Tenemos la conexión con el pasado de Hal cuando asistimos a los estertores de Falstaff (el gran acaparador roba escenas de la anterior entrega de la serie Simon Russell Beale), como Henry reniega de sus antiguos colegas en pos de cortar con su pretérita vida disoluta y ociosa, cual gusano ansí transformarse en la mariposa hermosa que todos admiren en su heroísmo, dando vigor a su faceta de líder de un Imperio. Se muestra el Henry de Hiddelston un tipo valiente, noble, honorable y orgulloso de su condición de Rey. Lo demuestra en secuencias de gran sentido emocional como es la de la ofensa del embajador francés cuando le regala pelotas de tenis, en claro sentido de desprecio, y Henry le responde con una andanada verbal desbordante; Está el punzante discurso a las puertas de Harfleur; Está presente Henry fuera de campo en el desprecio del Delfín Luis a Henry, lo que nos hace empatizar más con él protagonista, y el respeto del monarca francés Carlos (buen Lambert Wilson) y la petulancia de Luis el Delfín (buen Edward Akrout) estaban muy bien interpretadas y retratadas; Tenemos el ‘paseo’ camuflado-encapuchado de soldado común de Henry la víspera de la Batalla de Agincourt para tantear el ánimo de sus soldados; E incluso el discurso alentador a su gente, aunque queriendo tal vez innovar (o tal vez por falta de presupuesto) solo se hace ante sus jefes de batallones, pone una pasión y electricidad que me dan ganas de saltar la pantalla y unirme a él; Está la post batalla donde el rey anglo da un emocional monólogo sobre sus pocas bajas en comparación con las enemigas; Y ya en plan más cautivador está Hiddleston como el rey seduciendo a Catalina, maravilloso en su delicadeza.

En el debe del film está que la famosa Batalla de Azincourt se nota muy pobre en medios, cuando fueron miles de combatientes, aquí vemos una refriega muy frugal, quizás no quisieron o no pudieron siquiera tirar de algo de CGI, peor da un poco de bajón ver esta contienda tan parca de medios. Aun tenido en cuenta que al principio un actor llamado Chorus dice que tenemos que confiar en nuestra imaginación para ver grandes batallas, castillos y buques de guerra, esto es de la obra original que se representaba en un escenario de teatro, pero para la pantalla, y más con los medios de hoy día se le puede pedir mucho más.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
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