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Huida a Birmania (1955)

Huida a Birmania
87 min.
5.0
171
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Disponible en:
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Trailer (INGLÉS)
Sinopsis
En la época en que Birmania estaba dominada por los ingleses, la acaudalada Gwen Moore, dueña de una plantación, esconde a un sospechoso de haber asesinado a un príncipe local birmano. (FILMAFFINITY)
Género
Aventuras Colonialismo
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Escape to Burma
Duración
87 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Grupos
Adaptaciones de Kenneth Perkins
Links
5
Películas para momentos
Aunque esta sea materia muy personal y por tanto sujeta a la máxima subjetividad, creo poder aventurar que ciertas películas se disfrutan más en determinados momentos, y que existen circunstancias que en ocasiones nos predisponen favorablemente a valorar y apreciar historias que quizá en otro momento despreciaríamos.

A mi esto me sucede con mucha frecuencia con el género de aventuras, y es que tengo perfectamente comprobado que es en el horario de sobremesa en el que más me apetece ver estas películas. Tal vez ello se deba a que cuando era pequeño, durante los fines de semana, era en este horario cuando los dos únicos canales existentes (no mucho después ampliados a cinco) programaban habitualmente westerns y filmes aventureros; así, en ese par de horas que para muchos es sinónimo de placentera siesta o de tenaz modorra yo me dedicaba a ver películas de tales géneros, cosa que hoy sigo haciendo.

Este modesto filme, del ya por entonces veterano Allan Dwan, no es, desde luego, una gran obra, pero también es cierto que nunca aspiró a serlo, dada la sencillez y escasa originalidad del argumento, así como los pocos medios con los que contaba el realizador, por otra parte ya habituado a tal situación -al menos en sus películas sonoras- y que no le había impedido alcanzar notables resultados, como lo demuestran "Filón de Plata" y "El jugador" ("Tennessee's Partner"). Así, la película sólo se permite tres lujos: sus dos protagonistas y el director de fotografía, John Alton, un nombre cuya aparición en los títulos iniciales suele garantizar momentos brillantes, formalmente hablando.

El guión, bastante pobre y limitado, desaprovecha las capacidades de los intérpretes, especialmente en el caso de Robert Ryan, que siendo uno de mis actores predilectos, no goza aquí de muchas posibilidades de lucimiento, a pesar de que en todo momento logra sugerir la ambigüedad moral que conviene a su personaje; algo mejor resulta el papel de Barbara Stanwyck (también una actriz soberbia) en su papel de "matriarca" selvática, mientras que el resto del reparto se limita a cumplir el expediente, ya les toque ejercer de bandidos, soldados o dóciles sirvientes de habla confusa y aspecto muy poco birmano. Mención aparte para los abundantes animales que aparecen aquí y allá, a veces con sentido dramático (el caso del tigre, obviamente rodado en alguna de las reservas zoológicas californianas a las que Hollywood recurría en tales casos), pero en otras ocasiones como mero entretenimiento casi circense (véase el caso de los elefantes o el de los monos, entre los cuales aparecen unos chimpancés muy simpáticos, pero que siendo africanos, choca encontrarlos en plena jungla birmana).

Pero estas debilidades o inconvenientes, que tal vez en otro momento me incomodarían más, se diluyen en las silenciosas horas del comienzo de la tarde, y además la película también tiene sus aciertos, a saber: el primer encuentro entre Stanwyck y Ryan, materializado en una mirada tremendamente explícita en la que se evidencia su mutua atracción, es el mejor momento interpretativo de la cinta, y rodado en 1955, resulta bastante atrevido. Añadamos a eso dos aciertos formales en relación con la fotografía, que destaca, como es habitual en Alton, en la secuencia nocturna en la que unos bandidos asaltan una cabaña con los protagonistas dentro y otra en la que se desata una tormenta. En la primera, la iluminación escasa, en conjunción con la vaporosa niebla y los efectos del fuego logran sugerir una sensación de inquieta espera, precediendo eficazmente la irrupción de los bandidos. En la segunda, la iluminación del cielo tormentoso a través del cual se filtra una luz cruda, fantasmagórica, que se proyecta sobre los personajes, me recordó poderosamente a los efectos cromáticos que logró El greco en su "Vista de Toledo".

Así pues, una película de lo más discreta, pero que resulta entretenida y aconsejable si el espectador logra encontrarle su momento.
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17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
El mundo antes era más simple
Una película de aventuras, ingenua como ella sola, para pasar la tarde sin más alicientes. Alguien, en aquellos años, se asustaría al ver a la señorita Barbara durmiendo en su hacienda y que de pronto un malayo con cara de malo vaya a colarse por la ventana con intenciones aviesas. Esas cosas antes tenían su punto. O ver a los elefantes domesticados obedeciendo para hacer piruetas o serios como si fueran perros guardianes.

Nadie se preocuparía mucho de las incongruencias. Ese camino en la selva —¿sólo hay un sitio por dónde ir?— donde el mensajero va alcanzando a todos, al perseguidor e incluso al que huye. Y luego el chaval, un Mowgli al que no dejaron hablar y cuando lo hace parece que ya no va a parar. Uno se conforma al verla más que nada porque para hacer la película tuvieron que trabajar y el trabajo merece un respeto porque los actores simulan muy bien que se lo creen todo. El vestuario es muy bueno y Barbara Wtanwyck como siempre, correcta. Para mí, a esta mujer le faltó un punto sexi, excepto cuando hace de mujer fatal. Y es que de mujer fatal están todas bien.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
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