Los titanes (1962)

La primera vez que la vi (¡en el cine, pantalla grande...!), más o menos cuando tenía catorce años, pensé esto de ella:

"Muy buena película, sobresaliente entre todas las del mismo pelaje que se han hecho estos años con los mismos mimbres.
Aquí hay imaginación a raudales, fantasía de la buena, unos efectos especiales conseguidísimos y una factura técnica impecable.
Una de esas películas que cuando las ves de niño o jovencito, gustan mucho por la estupenda manera de unir varios géneros de forma súper entretenida".

Pues bien, vista por segunda vez, en julio de 2019, debo decir que el paso del tiempo no le ha beneficiado demasiado, aunque sigue siendo una estimable película.
Y es que, en efecto, tiene muchísima imaginación y algunos momentos son estupendos, como "la caza del hombre", la lucha contra la guardia imperial contra soldados inmortales o el humor que destila en muchos momentos como cuando se hace invisible el protagonista.
Pero es cierto que vista de adulto, en pleno siglo XXI queda disminuida su aura de grandeza y por supuesto que nos damos cuenta de que no es una obra maestra, tal y como la tildaron muchos críticos en su día.
Pero está bien dirigida y se pasa bien el rato, que es de lo que se trata.

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