La persecución del zorro (1966)

Autorretrato encubierto. Misiones de sátira personal. Encrucijadas que recompensan, y compensan. Camuflando identidades con astucia.

De Sica recrea de forma alegórica los esfuerzos que realizó por mantener su cine de autor. Para poder dar luz verde a productos a los que nadie apoyaba, De Sica se involucró en trabajos por interés, el cual le reportó el suficiente colchón para la autofinanciación. Las aventuras de su protagonista en esta obra no están tan alejadas de las suyas propias. Las caricaturas contienen el patetismo y ternura típicos de su cine. El último gag, brillantísimo.

Cine por conquista. Para conquistar con cine.

La película parece aburrida y sin argumento debido al propósito del director De Sica. Sin embargo, llama la atención a quien sabe de actuación la del famoso Victor Mature. Hacer de retonto en una película especialmente si el personaje ya fue una estrella del celuloide es harto-difícil. Y en esto Mature se luce con soltura. Constamente y sin dejar su cinematográfica sonrisa hace las tonterías que el director-no director (Sellers) le indica a falta de un guión. Mature hace el tonto magistralmente y es el motivo de ver la película, nada más. También Sellers se luce como de costumbre con sus ingeniosas salidas.