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Wit - Amar la vida (TV) (2001)

Wit - Amar la vida (TV)
98 min.
7.1
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Sinopsis
Vivian Bearing (Emma Thompson) es una prestigiosa profesora universitaria que imparte un curso de poesía anglosajona. Un día, le diagnostican un cáncer terminal y descubre que le queda poco tiempo de vida. A partir de ese momento, el amor y la compasión adquieren para ella un nuevo y dramático sentido. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Enfermedad Telefilm
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Wit
Duración
98 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Estados Unidos-Reino Unido;
Links
Premios
2001: Emmy: Mejor telefilm, dirección y montaje. 7 nominaciones
2001: Festival de Berlín: Sección oficial de largometrajes
2001: Globos de oro: Nominada Mejor miniserie o película TV y actriz (Emma Thompson)
2001: Sindicato de Productores (PGA): Nominada a Mejor telefilm
2001: Sindicato de Actores (SAG): Nom. Mejor actriz (Telefilm o Miniserie) (Thompson)
10
No hay puntos y comas, tan solo un coma.
HBO nos sorprende de vez en cuando con obras de intenso carácter cinematográfico rodadas para la televisión. Mike Nichols, que también encabezó el titánico cuento homosexual "Ángeles en América", dirige con maestría el texto teatral de Margaret Edson para la pequeña pantalla con la ayuda de una Emma Thompson en estado de gracia.

El texto de la genial película de Nichols rebosa valentía y arrolladores planteamientos. Un tema delicado y puntiagudo como el cáncer y la dolorosa procesión patética hacia la muerte se estrella en nuestras narices como un sutil poema de verdades y vejaciones, el martirio inhumano de una mujer que se aferra salvajemente a su poderoso intelecto para hacer frente a su propia tragedia. A diferencia de gran parte del melodrama norteamericano, "Wit" no (de)cae en el victimismo de su protagonista ni en dosis ridículas de dolor, llantos ni de gratuitas escenas exageradamente musicalizadas. No. "Wit" es una historia demasiado sincera e importante como para humillarse y venderse con semejantes tonterías. El enorme respeto, tanto intelectual como emocional, con el que se ahonda en el martirio de esta lúcida e implacable profesora doctorada de universidad resulta un cáliz de agua fresca y pura en una industria que ya ha perdido hace tiempo su auto respeto.

Más allá de sus ingeniosos planteamientos sobre la muerte y la vida, la película narra esa verdad que se esconde detrás de la muerte, del patético marchitamiento de nuestro cuerpo caduco, de esa metáfora preciosa de John Donne y su coma final: la simplicidad del cambio, la ligereza del último suspiro y el retorno a lo que en realidad somos, una chispa que se gesta con sencillez, que se corrompe con los años y que termina de eclosionar para redimirse y volver a esa simplicidad inicial, quizás, para iluminar otra vez.

“Wit” se mantiene con asombrosa inteligencia en la fina línea del humor que roza la provocación. Otro elemento narrativo y humano para darle más importancia y significado a los temas tratados sin, a su vez, darle pompa ni burda suntuosidad. Más allá de sus metafísicos planteamientos, que son muchos (y terriblemente acertados), en la película se nos ofrece al mismo tiempo una crítica feroz a la deshumanización de los tratamientos clínicos y a la experimentación silenciosa con cobayas humanas. El cuadro de la mujer atada de manos y martirizada con flechas por todo el cuerpo que podemos ver en la habitación de nuestra protagonista es un símbolo brutal de esta tortura física y mental.

Con cada vómito, con cada decepción, dolor y desgarro, Vivian Bearing, para su grandísima sorpresa, es cada vez más inteligente. Y es que es verdad, para crecer y alcanzar mayor conciencia de las cosas, hay que sufrir, y cuanto más te acercas a la muerte más sabiduría posees. Y si, al final, acabas besándote con ella, tu conciencia ya es desmesurada, pero es una pena, porque no la disfrutarás más que unos instantes. Es triste, pero hermoso.
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19 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Sin palabras.
¿Cuántas películas por lustro nos presentan a personajes afectados de cáncer? Decenas. ¿Cuántas películas que tratan del cáncer cruzan la fina línea y caen irrevocablemente en la sensiblería barata e impostada? Decenas. ¿Cuántas películas tienen la capacidad de removerte las entrañas, hacerte sentir pena sin adornos innecesarios y conseguir que la recuerdes aún meses después de verla con una lucidez inquietante? A falta de haber visto todas las películas del tema, Wit sería una de ellas.

Mediante los monólogos de la protagonista, nos vamos adentrando en ese mundo de tinieblas, conforme pasa el tiempo más profundo, del que no siempre hay una salida. En ese mundo pueblan médicos deshumanizados que ven a los pacientes como un "procesadora" más de tratamientos y técnicas terapéuticas, sin importarles bien su dignidad o su estado anímico. También pueblan enfermeras compasivas, verdaderos amores y apoyos que además de cuidados te dan cariño y compresión, que de otra forma serían imposibles de conseguir entre las cuatro paredes del hospital. En ese lúgubre mundo también hay sitio para los recuerdos, para el arrepentimiento, para las pesadillas, para el miedo y para la lucidez más extrema.

Es cierto que esta película no deja muy bien parados a los médicos. Aún siendo del gremio, considero acertadísimo e imprescindible el personaje del joven médico (escalofriante la escena en la cual le explica a la protagonista porqué le apasiona el cáncer y la oncología), en contrapunto con la cálida enfermera.

Esta película debería ser mostrada en todas las facultades de medicina y enfermería, ya que refleja la enfermedad desde dentro y desde fuera: desde los ojos de una fría y metódica profesora y desde los ojos del personal sanitario. El desarrollo de los pensamientos, las opiniones y las acciones de la protagonista me parece muy acertado, tanto como terrible.

Qué decir de las actuaciones. Todos y cada uno de ellos perfectos en sus roles, aunque destacando a la excepcional Emma Thompson, la cual logra poner los pelos de punta con una actuación siempre acertada, sin desatinos ni hacia la sobreactuación ni hacia la falta de transmisión de emotividad.

Es una película necesaria, dura por lo directo que expone las cosas, sin ningún envoltorio de falsedad y buenrollismo que algunas producciones desprenden para no destemplar al espectador; ésta es una mirada dura, humana y aséptica de una terrible realidad que sigue azotando a toda la humanidad.
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8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
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