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Don't Stop Believin': Everyman's Journey (2012)

Don't Stop Believin': Everyman's Journey
113 min.
6.7
58
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Sinopsis
La historia se centra en la vida del rockero Filipino Arnel Pinela, que saltó a la fama gracias a un video en Youtube para posteriormente convertirse en el vocalista de Journey, una de las bandas de rock estadounidenses más conocidas. (FILMAFFINITY
Género
Documental Documental sobre música
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Don't Stop Believin': Everyman's Journey
Duración
113 min.
Fotografía
Compañías
8
Extraña ruta para realizar los sueños
La historia no puede ser más impactante: un filipino, de Manila, hace con su banda covers de los grandes del hard rock de los años 80's y 90's. El nombre del filipino es Arnel Pineda y su registro recoge las voces de Steven Taylor, Bon Jovi y el siempre insuperable Steve Perry. Así las cosas, Arnel vive de una pasión que lo lleva de bar en bar con los clásicos del hard rock. Hasta que un buen día, Neal Schon, nada más y nada menos que el único miembro siempre activo de Journey, ve los vídeos que hacen diversas bandas alrededor del mundo como homenaje latente de su gran banda. La impresión da para que, en medio de la búsqueda de un nuevo vocalista, se tome la decisión de buscar a ese pequeño hombre asiático. Ramona S. Díaz ha narrado con buen pulso los pormenores en un inolvidable documental. ¡Grande Arnel!
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Pineda hubo varios en la liga, yo creo.
Esta es la historia de un filipino drogadicto que cantaba muy bien. Cantaba tan bien que cuando tarareaba canciones de Journey se las reconocía el Shazam. Entonces un día de desesperación dijo: me voy a colgar.
Pero en vez de colgarse de un arbol filipino, se colgó cantando en youtube.
Y como Journey es más americano que el propio youtube, en unos días tuvo más visitas que el Papa oyentes el otro día Manila.
Así que los viejunos de Journey, que hace ya muchos años se quedaron sin cantante, le contratan y llega el éxito y todo lo demás.
Osea, otro documental sobre el sueño americano.
Y es que los americanos aman el espectáculo. La música y el deporte no les terminan de apasionar, pero los espectáculos musicales y deportivos les vuelven locos. Y si juntas las dos cosas en uno y le añades un monologista, extasis.
Y no les importa que la banda ensaye en el geriátrico y el cantante acabe de terminar un curso de Learn English. Si el show es bueno: palomitas, cerveza y palante como los de Wisconsin.
A mí me resulta imposible imaginarme disfrutando un concierto de Triana con un cantante sacado de los suburbios de Forocoches, por ejemplo. Aunque el show sea la picha en ketchup. Serán prejuicios, puede ser.
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11 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
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