Las locas peripecias de un señor mamá (1983)

Agradable y desenfadado reflejo del cambio de roles en una familia americana, donde un hombre debe hacerse cargo del hogar tras ser despedido y la mujer debe salir a trabajar, deparando todo tipo de situaciones alocadas y divertidas.
Con un estilo ligero, y desde el sentido del humor exagerado y rebuscado en algunos momentos, logra ofrecer un entretenimiento liviano, que no esta alejado de la realidad que se vive en algunos hogares.
Las locas peripecias de un señor mama, promete en general más de lo que ofrece, ya que estas no son tan alocadas y divertidas como se espera, tiene un desarrollo simplista y una Solución a la altura de la complicación.
Un aspecto negativo es el toque idealista general del conjunto, donde queda reflejado el sueño americano y una visión ideal de la familia, pero más allá de ese pequeño problema, consigue entretener.

Jack (Michael Keaton ) pierde su trabajo de ingeniero en un fabrica de automóviles, su esposa Caroline (Teri Garr) y él deciden que hasta que encuentre otro trabajo, él se encargará de las tareas domésticas de la casa y de cuidar los tres hijos mientras ella trabaja afuera. Lo malo es que Jack no tiene la menor idea de cómo hacerlo y convertirá todo en un desastre.

La expresión o epíteto "Mr. Mom" (surgió de esta película) define a un padre que, por diversas circunstancias, tiene que asumir las labores de madre. Se vuelve el "señor mamá". De repente se ve ante la necesidad de hacer de comer, ir de compras, curar, dar apapachos, jugar rondas infantiles, bañar a los hijos, alimentarlos, leerle cuentos y cantarles todo tipo de canción infantil.

Ese modelo de educación familiar es poco común en los países latinos, pero en Estados Unidos muchas veces los hombres hispanos, sin importar su condición social, tienen que enfrentar ese reto para el cual no están preparados. Todo un reto para varones educados a la manera tradicional en donde el padre trabaja y la mamá se queda en casa. Parece que las reglas están cambiando.

Las mujeres a veces alcanzan logros profesionales más importantes que sus esposos y asumen responsabilidades laborales que las alejan de la crianza de sus hijos. La paternidad es otra cosa mucho más profunda que la mera procreación y se aprende conforme se convive con los hijos, cuando se hace de manera responsable.