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El otro (2007)

El otro
83 min.
5.4
565
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Sinopsis
Un hombre de mediana edad, situado entre las coordenadas que trazan su padre y su mujer, se encuentra con que todo lo que parecía garantizar su propia consistencia -vale decir su identidad- presenta síntomas de fragilidad. Frágil el cuerpo, frágiles los afectos, frágil la conciencia. Este hombre tomará distancia respecto de lo que hasta entonces parecía constituir su día a día y así, en ese movimiento de desapego, indagar en la fragilidad. Un viaje de negocios al interior del país se trasformará en otro viaje. Al llegar a destino, Juan Desouza, descubre que el hombre que viajaba a su lado no se despierta. Secretamente, casi como un juego, decide tomar la identidad de este hombre, inventarse una profesión, conseguir un lugar donde dormir... La posibilidad de no regresar, la posibilidad de ser otro, de ser muchos. En sus nuevos días libres el hombre realizará, sin saberlo, una suerte de travesía hacia la naturaleza y al reencuentro de sus gustos, de sus instintos básicos, intentando abrazarse a la idea de que la vida que le tocó y que eligió vivir, no es la única posible. (FILMAFFINITY)
Género
Drama
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Argentina Argentina
Título original:
El otro
Duración
83 min.
Guion
Fotografía
Compañías
Coproducción Argentina-Francia-Alemania;
Links
Premios
2007: Festival de Berlin: Gran Premio del Jurado y Mejor actor (Julio Chávez)
2007: Festival de Gijón: Mejor guión
2007: Premios Sur: Mejor actor (Julio Chávez)
"Un relato que, a menudo, flirtea con lo inexpresable. (...) No es una película fácil, pero la presencia de Chávez logra exorcizar los demonios del tedio y el hermetismo."
[Diario El País]
"Película de grises tiempos muertos, márgenes sin notas y puntos suspensivos de cuatro o cinco vagones, 'El otro' sería impensable sin el concurso de Julio Chávez, actor de contenido minimalismo (...) Puntuación: ★★★ (sobre 5)."
[Diario ABC]
6
El ajustado traje de la identidad
Juan Desouza es un lacònico abogado de 46 años, casado sin hijos y a cargo de un padre mayor y enfermo. Su vida parece repartirse entre su trabajo, el cuidado de su progenitor y una convivencia rutinaria con su pareja. En la secuencia inicial nos enteramos de que su esposa acaba de quedar embarazada.
No se aporta mayor informaciòn sobre el protagonista; no hay flash back ni voz en off para indagar en su pasado ni en sus pensamientos. Pero aparece la posibilidad de un breve viaje por motivos laborales, que lo alejarà  desde su residencia en Buenos Aires hacia el interior.
Inesperadamente, al llegar a destino, el protagonista decide tomar otra identidad, inventarse una profesiòn y conseguir un lugar donde dormir, superado por esa posibilidad de ser otro, es decir de de ser muchos, que aparece al alcance de la mano.

En los lugares donde se hospeda, adopta  sucesivamente el nombre y la profesiòn de dos muertos, cuyos nombres y algunos datos ha conocido circunstancialmente en su breve estad¡a. Asì serà  sucesivamente Emilio, arquitecto y luego Salazar, mèdico.
En su estado de disponibilidad, este hombre "nuevo" realizarà  una travesìa que lo reencuentra con la naturaleza y sus instintos básicos, intentando abrazarse a la idea de que la vida que le tocò no es la ùnica posible.

"El Otro" es un film alejado del estereotipo, que no elude los riesgos, como en el tono mismo del relato, cuando en medio de un pico de tensiòn dramàtica se apela a una suerte de humor absurdo. Es una película marcada por los silencios y pausas del personaje, donde el juego de expresiones y de miradas se potencia con buenos planos, minuciosos y simbòlicos detalles, sostenidos por excelentes actuaciones, todo con una medida muy justa.
Pero lo curioso de "El otro" es que su protagonista no busca modificar radicalmente su vida a partir de la nueva identidad. No se parece a un sicòpata sino màs bien a un hombre comùn que busca el refugio de un nuevo nombre y profesiòn para escapar de sì mismo.
La excusa argumental remite a la legendaria pel¡cula de Michelangelo Antonioni, El extranjero (1975), aunque aquì Juan da la sensaciòn de haber salido sólo para encontrar un pequeño oasis que lo proteja de ese ciclo de la vida marcado por la rutina del trabajo, la vejez y el deterioro.
Julio Chàvez, un artista que habla con sus silencios y que actùa con sus miradas, demuestra sobradamente por qué mereciò el galardòn al mejor actor en el último festival de Berlìn, interpretando a este inolvidable Juan Desouza, que sin buscar nada, sueña encontrarse con algo en el camino.
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20 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Ars brevis, simulacrum longus
Voy a ser muy breve, tanto, que me asusta la idea de poner esta frase entre comas. Me apasiona el cine argentino, proceda de quien proceda, tiene un no sé qué agridulce, tragicómico, encantador a ratos, irónico o impasible... silencioso. Pero, ay las adeversativas, si no fuera porque hablar con un lunfardo me resulta fatigoso, me arriesgaría a recordarles que el cine, en sí, el cine como arte, no es literatura. Puede contenerla, y vaya si lo hace en muy gratas e inolvidables ocasiones (no sólo en el cine allende el charco, también aquí mismo, en España), pero no es literatura. "El Otro" de Ariel Rotter lo es, en demasía, en exceso, como una comilona o una borrachera inútiles, o, sin ir más lejos, como una conversación de sobremesa, a la sazón ingeniosa e intrandescente, que se convierte en ciertas manos (bocas y ojos) en un tedioso "sálvese quien pueda". En lugar de una buena película (por lo demás, aburridísima), es, a lo sumo, un intento visual de una literatura desgraciadamente no escrita. A quienes se atrevan a leerla después de leer mi crítica (cruzo los dedos para que así sea), les emplazo a constestarme a la siguiente pregunta: ¿No les hubiera gustado leer la historia de un personaje gris, mediocre y cobarde que por unos días decide vivir la vida de otro, haciendo uso de todas unas habilidades interiores desconocidas, incluso, por él mismo, para volver, en un círculo vicioso, pero coherente, a su vida de siempre, pero cargada de recuerdos indelebles, más hombre, más entero y sereno que antes? Y si a esta pregunta le añado, que ha sido Benedetti su autor, ¿qué me dirían? Hasta entonces, no vean la susodicha. Mejor, lean "El hombre sin atributos" de Musil. Les llevará una eternidad... la misma que parece definir este film arriesgado por incapaz.
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12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
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