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El club (2015)

El club
98 min.
7.1
11,376
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Disponible en:
Suscripción
Tráiler (ESPAÑOL)
Sinopsis
Cuatro sacerdotes conviven en una retirada casa de un pueblo costero, bajo la mirada de Mónica, una monja cuidadora. Los curas están ahí para purgar sus pecados y hacer penitencia. La rutina y tranquilidad del lugar se rompe cuando llega un atormentado quinto sacerdote, y los huéspedes reviven el pasado que creían haber dejado atrás. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Religión Abusos sexuales
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Chile Chile
Título original:
El Club (The Club)
Duración
98 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
2015: Festival de Berlín: Gran Premio del Jurado
2015: Globos de Oro: Nominada a Mejor película de habla no inglesa
2015: Festival de San Sebastián: Sección oficial competitiva ("Horizontes Latinos")
2015: Festival de Mar del Plata: Mejor guión y actor (Castro, Farías, Vadell, Goic)
2015: Festival de La Habana: Premio Coral - Mejor película
9
A Haneke le va a encantar
El título lo he tomado de otra crítica (gracias compañero) y me parece que denota dos cosas muy claras: la película es muy cruda, necesariamente salvaje, y bucea en la inhumanidad de los personajes, metiendo el dedo en la llaga hasta el mismísimo fondo.
Mucho de interesante se ha dicho en otras críticas, pero también se han olvidado o no se han visto algunas cosas interesantes que el film apunta. No digo más, sigue leyendo en el apartado de spoilers, solo si ya has visto la película. Si no, ¡¡¡a qué estás esperando, no seas mojigato!!!
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157 de 164 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Penitencia o penitenciaría
Luz crepuscular y fría, como visionado a través de un espeso velo plomizo y ceniciento que enturbia la mirada e impide o dificultad la cabal aprensión de lo que se ve, de lo que acontece, de lo que pasa ante nuestros ojos inocentes y expectantes. Faltan color y calor. Predominan las escenas nocturnas, en espacios cerrados, claustrofóbicos o bien asistimos a fugaces exteriores tomados desde la lejanía, la asepsia, como visto a través de un microscopio – o de unos prismáticos, que no acercan nada, sino que recalcan la infranqueable distancia que separa dos mundos que si bien coinciden en el tiempo, divergen en cuanto a leyes y reglas que les aplica.

Un destierro al fin del mundo. El infierno en vida. Pero sin apenas remordimiento, ni censura, ni contrición, ni arrepentimiento, ni propósito de enmienda. Exiliados de todo, del trato de tus semejantes, deportados para no dar pábulo a las maledicencias, ni el escarnio público, ni al oprobio de las lenguas viperinas, ni a la deshonra de tus vecinos, ni a la humillación por tus acciones u omisiones, ni al vilipendio o la vergüenza que a buen seguro mereces. Allá a lo lejos se reescribe la historia personal (o se olvida o se borra como la espuma del mar), se justifica, se recompone, se tergiversa, se reconstruye hasta hacerla irreconocible. La mentira, el disimulo, la ocultación, el fingimiento, el engaño o la farsa como una segunda piel inmutable.

Sobresale la consecuente estética mísera, menesterosa, carente de todo del relato. Falta humor, falta amor, falta calor y colorido, falta cariño y cercanía. Se amontonan las fórmulas vacuas de los rezos, las pálidas plegarias, los pueriles cánticos ñoños, meras artimañas falaces para rellenar un vacío vital que no hay forma cobijar en el pecho herido. Destaca también que todos los personajes sean de una grisura anodina, de un maldad zopenca y timorata, incapaces de llamar a las cosas por su nombre. Ni siquiera el supuesto personaje positivo tiene nada de que alardear. Su carácter áspero y hostil está en abierta contradicción con su supuesta labor salvífica que se le ha encomendado, de limpiar, rectificar y deshacer entuertos.

No hay posibilidad de expiación cuando ni tan siquiera hay un mínimo atisbo de culpa. Son siempre los demás los que no han sabido ver y entender la realidad, que han malinterpretado las vivencias o que han retorcido los hechos hasta deformarlos y desvirtuarlos. Estamos ante una película adulta, nada mojigata ni complaciente, en absoluto fácil de ver ni sencilla de digerir. Más que una denuncia es un retrato, pero la pintura es tan tóxica e implacable que genera sarpullidos y urticaria. Vayan advertidos y bien pertrechados… porque las fabulaciones producen monstruos.
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113 de 136 usuarios han encontrado esta crítica útil
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