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Carlos V, los caminos del emperador (2019)

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Sinopsis
Con 17 años, Carlos V, el Rey Viajero, pisa por primera vez Castilla, adentrándose en la tierra que terminó por heredar. En un tenso encuentro cerca de Valladolid, Carlos, al que el pueblo ve como un extranjero, usurpador de la Corona, conoce a su hermano Fernando, su rival en la sucesión.
Género
Documental Documental sobre Historia
Dirección
Reparto
Documental
Año / País:
/ España España
Título original:
Carlos V, los caminos del emperador
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5
El cetro, el orbe y la corona o plus ultra
El hombre más poderoso de la tierra de todos los tiempos, the GOAT, rey de reyes, se mea en los otros.
Los últimos días del emperador.
El último viaje del monarca o regente o gerifalte.
Empacho de escabeche.
El chiquillo cuatrero que roba al ciego.
Sorprende porque a eso de la mitad de los cinco reducidos capítulos cortan en seco, so, caballo, la narración o periplo vital, sin previo aviso, del tal Carlos y se saltan unos veinte años no son nada para, durante toda la segunda parte, narrar sus últimos meses viajeros desde Bruselas Flandes hasta el monasterio de Yuste en Extremadura con todo lujo de detalles, sajan la narración del golpe, a bote pronto, muerte y susto.
Digamos que son tres partes o acercamientos, los hechos narrados (voz en off dios mediante, el gran Salvador Vidal) tal cual, los hechos contados opinados (varios historiadores) especulados de a poco, y los hechos representados (por diversos actores en la piel de los diferentes personajes históricos) de aquella manera, los primeros bien, sin pega, los segundos más o menos pero igual, y los terceros bastante, lógico (no es fácil, no hay dinero más que suficiente para adornar/recrear el contexto ni parece que tampoco sobran el ingenio o el riesgo que podrían compensar algo la carencia económica o de medios), más pobres, forzados o tal vez, de ese modo un tanto romo y estrepitoso y suavemente grotesco, aunque con todo el amor y respeto del mundo hechos o perpetrados, innecesarios o inanes, tontuelos.
Tres grandes hombres europeos, Enrique VIII, Francisco I y el tal Carlos.
Varios enemigos que asolan o asolaban, el turco, Solimán el magnífico, siempre, Constantinopla, Bizancio y te corres, con esos nombres te dan ganas de hacerte moro, a lo loco, Francia cómo no los franceses y Lutero vade retro, atrás satanás no me da más, mira el crucifijo y huele el ajo, vampiro, carajo, que te clavo la estaca en el corazón delator y te mando de vuelta a/de donde no debiste salir nunca o jamás, al/del mismo infierno, muñeco diabólico, puto engendro, con patas espanto, súcubo.
Sin olvidarnos, para que no falte de nada, al principio de todo, en su llegada a (heredar) España o las Españas, calurosa bienvenida, la hospitalidad por encima de todo o bandera, hola, Carlos, de los simpáticos comuneros, revolución o nada, no quiero pagar tanto jodido impuesto, caballero extranjero, señoritingo que no sabe hablar nuestro sagrado idioma y al que todo esto se la sopla o chifla refanfinfla, flamenco, ancha es Castilla y yo no soy ilota ni tampoco idiota, de acuerdo.
Tres enfermedades (bueno, según el gran Gregorio Marañón veintiuna para abrir boca, sigue y suma) o achaques, la gota, come, las hemorroides, no somos nada, hasta los dioses en mala hora, pica pica, rasca que te rasca, miseria a espuertas, boca abajo, de culo, y las malas digestiones, tragón o tragaldabas, la gula como querido pecado, pero no el único, parece que al gineceo tampoco le hacía muchos ascos, no era manco ni eunuco o tan tonto.
Tres territorios inmensidades dominantes o dominados, el norte de África, buena parte de Europa y América tiro porque me toca y puedo, sí, (quemado por) el sol eterno.
Rey de España, (tú eres James Bond o Batman y yo...) emperador del sacro imperio germánico romano (eso es un título nobiliario, una digna carta de presentación y/o recomendación, y lo demás mierdas, bagatelas para una matanza, currículum vitae, el puesto de trabajo dame que yo lo valgo), me río en tu cara, parguela, y en Bolonia nada menos que ungido por el papa Clemente para que aprendan los Napoleón y cía cómo se hacen las cosas y, solo para como dios manda la figura redondear, diríamos que también rey de los borgoñones, y no es poco, o rey de Italia, ahora la parte del norte, Nápoles, Sicilia y Cerdeña, poca broma, para empezar a hablar con alguna seriedad o propiedad, en resumidas cuentas y para no alargarnos incluso más de lo debido, Sacra Cesárea Católica Real Majestad y todos a callar, hincados de hinojos, con la lengua fuera y el alma en (echando espuma por) la boca.
Bueno, informativamente es interesante, pero está muy descompensado y resulta repetitivo y por momentos hasta, con perdón, ridículo y el formato de los capítulos provoca que los enunciados o entradillas y los finales se doblen o tripliquen quintupliquen exponencialmente hasta el delirio, mucho mejor del tirón y ya está, en lugar de cinco capítulos de treinta minutos, uno de dos horas y listo, te ahorras treinta de morralla metralla (en el próximo capítulo..., en el anterior capítulo decíamos ayer...), de hecho, tengo una, para variar, a todo este respecto, idea que lo va a petar (tú petas, él peta, nosotros petamos... ) a no tardar, y que se titulará, la de marras serie venidera de mi puño y letra, santo y seña, A continuación... y Previamente... y Mientras tanto..., y que promete ser infinita como el universo que cada vez más se expande y entre sí en sus distintas partes o trozos se aleja, ya no se conocen, igualito, y que comenzará anunciando lo que van a contar en el primer capítulo, momento justo en el que se acabará este y empezará el segundo que recordará lo que el primero tenía la intención de contar y que no dio tiempo y, a su vez, anunciará lo que va a suceder en este segundo, pero así se terminará para enlazar con el tercero, la pescadilla que se muerde la cola, que recordará lo que el primero y el segundo no contaron, nada, todo, y lo que en él tampoco se va a contar porque se va a acabar, pero que en el siguiente seguramente..., y así, sin contar nada, anunciando y desanunciando, adelantando y retrocediendo, pasado, presente y futuro en ménage à trois eterno rampante hasta el fin de los tiempos en un fluido condensador de fluzo que se desparrama como la, dame más, gasolina, gloria bendita, copyright, todos los derechos, humanos, por supuesto, reservados, sociedad anónima limitada sin ánimo de lucro general de autores, propiedad no tan intelectual, gracias.
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
El último camino del emperador
Es un documental que a mí se me ha hecho pesado, no habla mucho de la vida del emperador y se centra más en su último viaje hasta el monasterio de Yuste.
Lo único que puedo destacar y que me parece original es la relación que hace el documental entre Carlos y diferentes arquitecturas (castillos, casas, monasterios, iglesias, etc) de su época o en las que estuvo un tiempo o pasó por allí.
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