Una mujer espera (1964)

Un camionero que se convierte en escritor consiguiendo bastante éxito y un par de amores cruzados. Una especie de dramón de elegante diseño y escaso fondo. Una historia de engaños y desengaños que tiene como telón de fondo la vida y obra de un joven escritor.
La historia es bastante deslavazada, esta demasiado dilatada, no entusiasma en absoluto haciéndose incluso un poquito reiterativa.
Lo mejor: el diseño de producción de la Warner, una elegante fotografía en blanco y negro, el vestuario de las dos bellezas que deambulan por la pantalla y la presencia siempre eficaz de Mary Astor.
En el plano negativo aparte de lo anteriormente citado: el escaso talento de James Franciscus ,un joven de buena planta, pero de escaso talento interpretativo, no haciendo nunca creible su personaje de escritor. Así como la dirección de Dalmer Daves en su penúltima película, se nota que no era su terreno ya que donde firmo sus mejores trabajos fue en el western.

Antes de ser estudioso del cine y sus técnicas, soy espectador; del mismo modo en que, antes de ser escritor de novelas, soy lector. Filmaffinitty es un punto de referencia para el espectador, y todo aficionado al cine que desea saber si un filme merece o no la pena; a pesar de que opiniones las hay como estrellas en el firmamento.De buena, buenísima, a mala, malísima, o simplemente pasable, la película que nos ocupa merece el calificativo de: BUENA.
Tanto, Franciscus, como Pleshette, tuvieron carreras desaprovechadas. Ella empezó en el teatro y él en televisión, donde fue una estrella en series de la NBC y la CBS; sin embargo, el salto a la gran pantalla no tuvo acordes resultados. Curiosamente, tal vez sea ésta, para ambos, una de sus mejores películas, si no la mejor. Daves, cuyas raíces se adscriben al Western, filmó algún que otro melodrama, entre ellos la deliciosa "Parrish" (1961). Desde luego, ésta película no defraudará a los amantes del género. Tanto protagonistas, como secundarios cumplen en su papel, mostrándonos sin tapujos la perversión del éxito y el poder, y todo lo que se gesta en la sombra; en ese juego donde nada es lo que parece. Como escritor, puedo garantizar que el mensaje del filme nada tiene de falso o manido. Real, como la vida misma.