Yo, espía (Serie de TV) (1965)

En este caso, los dos protagonistas esconden sus verdaderos rostros de agentes secretos como profesionales del Deporte. Robert Culp es un afamado tenista y Bill Cosby pasa por su amigo. Se valdrán de esa tapadera para introducirse en los ambientes que les interesen y lograr los objetivos que sus superiores les van encomendando. Un recurso muy utilizado por entonces que ya, de entrada, induce al secretismo. Cada episodio dura unos 50 minutos, y antes de entrar en acción los protagonistas han tratado de caer bien con un humor muy anticuado; también destaca el típico doblaje latino de entonces.

Esta serie es posible que haya envejecido peor que otras de la década tal vez por sus pretensiones. Aprovechando la Guerra Fría y los países del otro bloque como enemigos potenciales, la misiones adquieren un tono dramático y serio, ahondando en ellas con escenas de acción y algún chascarrillo de por medio, un poco pasado de moda como hemos dicho.

Robert Culp terminó en la televisión acompañando al ricitos de El gran héroe americano, con la guapísima Connie Sellecca; fue un actor muy popular. El pobre Bill Cosby tuvo su show en la tele, que a alguien le haría gracia. Hoy día, acusado de mujeriego y perseguido por la Justicia, supongo que sobrevive como puede.