The Orville: Nuevos horizontes (Serie de TV) (2017)

Resulta insólito que quien mejor ha sabido recoger y plasmar el espíritu de Gene Rodenberry no pertenezca a la saga Star Trek, eso solo quiere decir una cosa: el mundo se ha vuelto loco y ahora lo dirigen gilipollas. Una pena.
The Orville me ha salvado de la profunda depresión que me había causado Star Trek Discovery, el producto más aberrante y degenerado que ha producido esta marca. MacFarlane ha conseguido algo extraordinariamente difícil; unir en un producto profundamente personal el estilo de la serie original con la tripulación de NG y la candidez de la serie de dibujos animados, y todo ello en tono francamente gamberro. Los guiones están bien escritos y recogen ideas de actualidad social y filosófica, siguiendo la línea del mejor Star Trek. El humor lo impregna todo, se ríe de todo y te arranca una risa o una sonrisa constantemente. La fotografía es luminosa e inspira un escenario optimista y despreocupado. Los efectos especiales están bastante bien, son suficientes, podrían estar más trabajados, pero entonces desvirtuarían el lenguaje cinematográfico de base. La interpretación es bastante buena y todos los personajes son coherentes y claramente identificables.
Es anómalo que una nueva serie de Star Trek comience con episodios tan bien escritos que cautiven desde el primer momento. The Orville lo ha conseguido.
Querido Seth, muchas gracias por este regalo que nos has hecho a todos los trekkies que habíamos perdido ya la esperanza de volver a disfrutar del espíritu de Star Trek. Gracias por salvarnos.

Bocanada de aire fresco en las series de sci-fi, una paradoja si consideramos que "The Orville" bucea en los conceptos e ideas de series pretéritas de los años 60 y 90 como son "Star Trek " y "Star Trek: la nueva generación", eso sí, con un contenido toque de comedia cuyo máximo referente sería "Quark, La escoba espacial".

Macfarlane nos obsequia con una serie bastarda de la franquicia de "Star Trek", no por bastarda peor hija, sino, a todas luces, mejor que cualquier serie oficial de Star Trek rodada en años. Tiene todo aquello que hacia especial a la serie original o a su continuación de La Nueva Generación: excelentes guiones, magnífica química entre los protagonistas hacia los que sientes una rápida empatía, buen elenco y definición de secundarios (llevo 13 episodios de "Star Trek: Discovery" y aún ignoro quienes son los tripulantes del puente), humor cuando toca, excelentes efectos especiales y clara definición de un Universo calcado del Universo Trek. No en vano "The Orville" juega con ventaja, al emplear conceptos y situaciones que ya conocemos de las series de "Star Trek", donde hay enemigos klingons ahora hay enemigos Krills, donde hay Federación de Planetas Unidos hay Unión Planetaria y así un largo etcétera de conceptos similares que rayan más en el plagio que en el homenaje. De hecho, la tripulación protagonista de "The Orville" guarda notables similitudes con la tripulación de "La Nueva Generación", en ambas hay un androide peculiar, un alienígena gruñón, una médico con vástagos. También la ambientación y vestuario es coincidente, y no digamos la BSO, un completo homenaje a Jerry Goldsmith.

Que quieren que les diga. Viendo el resultado, espero con ansia cada episodio de "The Orville". Mantiene la esencia perdida de los orígenes de Star Trek, sus episodios autoconclusivos nos cuentan interesantes historias de sci-fi y sigues las vivencias de los protagonistas con interés.

J.J. Abrams ha hecho un tremendo daño a la franquicia de "Star Trek", le ha robado el espíritu y nos ha devuelto un producto eficaz pero sin personalidad, algo irreconocible y vulgar. Veo "Star Trek: Discovery" y no reconozco aquellas historias y aquel Universo que he seguido durante tantos años, algo que sí reconozco en "The Orville".

"The Orville" es la salvación para cualquier trekkie y para las series de space-opera en general. Crucemos los dedos para que dure muchos años.