Humboldt County (2008)

Un estudiante de medicina con cara de bobo y que se comporta como un bobo, se ve arrastrado por una especie de hippie listilla que ha conocido en un club y con la cual ha mantenido relaciones, a acompañarla a visitar en medio del campo a una especie de comuna hippie, que se dedican al cultivo y venta de marihuana, para mantener su modo de vida. A partir de aquí las idas y venidas de esta cohorte de estúpidos y cargantes personajes, no me transmiten nada. Anda por ahí también una niña con mucho desparpajo, (que recuerda a la niña de Little Miss Sunshine, supongo que como certificado de cine independiente), imbuida de la atmosfera hippie en la que vive, que logra hacer esbozar alguna media sonrisa. Ni fu, ni fa.

Sorprende, nada más empezar, con dos escenas magníficamente rodadas (no sé si bien interpretadas... cuando la vean, si lo hacen, sabrán por qué lo digo): un personaje que parece médico (la bata, las notas y la paciente sentada sobre una camilla son elementos claros de lo que está allí ocurriendo) escucha sin entusiasmo a una joven que le narra sus desventuras existenciales. Todo con un plano, sin movimiento alguno. Luego, la cámara se aleja para mostrarnos una clase de medicina donde los futuros galenos toman apuntes de la mencionada escena (la paciente es una actriz que interpreta a una angustiada y necesita un diagnóstico y un tratamiento). El profesor (también médico) se levanta y da las gracias. Hasta ahí, perfecto; se queda uno pasmado, incluso idiotizado... no comprende lo que está ocurriendo, pero engancha. Más tarde, la siguiente escena nos traslada al despacho del doctor/maestro con el estudiante, y descubrimos el vínculo que ambos mantienen: son padre e hijo. Y luego... nada de nada. Floja, poco interesante (recomiendo "El jardín de la alegría" de Nigel Cole, mucho más edificante y mejor construida), absurda a ratos, con una estúpida mezcla de comunidad hippie, muy buenas intenciones, mejores corazones, mucha marijuana, aprendizajes en plan zen (de "zenutrio", si me permiten el gazapo), majestuosos bosques de sequioas centenarias y helechos gigantes, una playa espléndida que sirve de centro de reunión de los plantadores ilegales (y fumadores emperdenidos, todo hay que decirlo) y unas ganas tremendas de irse a pasar un verano con tanto "tirao". Y poco más. No les invito a verla, porque siempre hay cosas (películas) mejores que hacer (yo, por el contrario, he caído en la trampa y perdí mi tiempo y mi dinero). Buena suerte con la decisión. Una última cosilla: que salga Bogdanovich (el director de "Un héroe anda suelto" con un viejo y decadente Boris Karloff) no significa más que se le ve en un papel que ni al pelo: un viejo profesor de física que lo abandona todo para vivir con muy poco (le salen las cuentas, para eso era físico), tan poco, que por poco ni vive ni deja vivir, con una filosofía/metafísica de las de "métetela por dónde te quepa".