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Salón México (1949)

Salón México
95 min.
6.8
167
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Escenas iniciales
Sinopsis
Mercedes trabaja como cabaretera en el "Salón México" para sostener los estudios de Beatriz, su hermana menor, en un exclusivo colegio de señoritas. Beatriz no sospecha a qué se dedica Mercedes y sueña con casarse con Roberto, un joven piloto del Escuadrón 201, hijo de la directora del colegio. Los problemas se presentan cuando Mercedes y Paco, su explotador, ganan un concurso de danzón. Paco se niega a compartir el premio y Mercedes, desesperada, roba el dinero mientras él duerme. (FILMAFFINITY)
Género
Drama
Dirección
Reparto
Año / País:
/ México México
Título original:
Salón México
Duración
95 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1949: Premios Ariel: Premio a Mejor Actriz (Marga López). 2 Nominaciones
7
Fernández cambia de ambiente.
Después de una decena de películas retratando diferentes lugares del México profundo, en general con historias que trascurrían durante el periodo revolucionario, acá Fernández cambia radicalmente de escenario y ambienta su historia en la Ciudad de México, en sus salones, acá no hay indígenas, ni cacicazgo, ni caballos, ni charros.
Acá hay bailarines, prostitutas, proxenetas, toda la nobleza e inocencia de sus personajes se trastoca, una mujer es bailarina de alterne (nunca aclaran si algo más) y ladrona ocasional para que su hermana pueda estudiar, esa creo que es una de las constantes que la una con su cine campirano, siempre sus personajes buscan progresar a través de la educación, si no pueden ellos que lo hagan sus parientes, se sacrifica para que estos puedan aprender lo que ellos o pudieron.
También hay cierto desencanto, por ejemplo en Río Escondido hay mucha esperanza y una fe ciega en el poder transformador del estado de la mano del presidente que lo elevan a padre de la patria. Se ve que le duró poco a Ferádez el amor por Alemán porque acá hay varias criticas vedadas pero que se da a la corrupción.
Interesante como cambia su narrativa y usa elementos noir en una historia que es básicamente un melodrama, aunque mete unas cositas ahí de noir pero solo para cerrar la historia. La fotografía es maravillosa como siempre gracias a Figueroa.
Marga López hace un excelente trabajo, gracias a esta película se convirtió en una estrella.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
“Luchando en lo más bajo, para llegar a lo más alto”
Ubicado en la Colonia Guerrero, calle de Pensador Mexicano, #16, el Salón México abrió sus puertas al público el día 20 de abril de 1920. Era parte de una zona de tolerancia que iba desde Arcos de Belén a la Calle de Violeta y desde la carrera 5 de Febrero a Bucareli. La zona de baile contaba con tres pistas asignadas a las diferentes capas sociales, hecho que le daba un marcado tinte clasista.

Al salón asistían grandes bailarines de los más populares ritmos de la época (foxtrot, tango, danzón, pasodoble…) y solo en estos momentos sus presentaciones hacían que gente de todas las clases se entremezclaran para ver sus espectáculos. También se presentaban allí las mejores orquestas, mariachis, tríos, duetos, cantantes populares… y en su lujosa decoración de estilo colonial, había retratos y murales de grandes artistas… pero todo esto acabaría en el año 1960, cuando el Salón México cerró sus puertas por orden del “regente de hierro”, Ernesto Uruchurtu.

Algunas de las cosas que allí ocurrían, vamos a verlas en la película que, con el mismo nombre, <<SALÓN MÉXICO>>, y utilizando ese espacio como locación, rodó el director, Emilio Fernández, siendo una de sus escasas incursiones en los temas urbanos, y también en el melodrama, género al que no tenía en demasiada estima. Contra todo, el resultado es bastante satisfactorio, pues, la historia -escrita por Mauricio Magdaleno y el propio Fernández- registra con suma eficacia las problemáticas más comunes del México de aquella época (prostitución, machismo, niños en las calles, violencia contra la mujer…), al tiempo que resalta los valores (solidaridad, sensibilidad, talento artístico, camaradería…) de aquella suerte de gente que enaltece siempre a la sociedad y la hace digna de una grata memoria.

Durante la visita que hiciera a la tierra de Juárez, en 1932, viaje que incluyó la tentadora estadía en el famoso Salón México atraído por los temas populares, Aaron Copland, el famoso compositor estadounidense, se inspiró allí para componer su famosa suite, ‘Salón México’, pieza sinfónica en la que incorporó tonadas de, La Jesusita, El Mosco, El Palo Verde y El Malacate. Al oír ésta calificada pieza musical, y quizás recordando sus personales tiempos como bailarín, fue que nació en, Emilio Fernández, la idea de hacer reconocimiento a aquel famoso recinto… pero lo que muchos esperarían que fuese una fiesta o una exaltación, sirve, sobre todo, para contar el doloroso drama que sufre una preciosa muchacha llamada, Mercedes Gómez, la cual se enrola en labores non gratas con el propósito de sacar adelante a su hermana menor, Beatriz, que ha quedado a su cargo y ahora la tiene estudiando en un internado para señoritas.

Paco, un proxeneta que abusa de ella, y un policía honrado, Lupe López, que se solidariza con la sufrida muchacha, serán el demonio y el ángel entre los que, Mercedes, vivirá sus próximos días mientras se sigue esmerando para cumplir son su hermana.

Como suele ocurrir, la fotografía de, Gabriel Figueroa, es de un acierto total, y en cada plano resalta la belleza de las mujeres mexicanas y también la sombría existencia que transcurre en las humildes barriadas. De, Marga López, actriz que ganara el premio Ariel por su sentida actuación, consigue extraer planos de gran belleza y, quizás, fue ésta la película que la convirtiera en una actriz de renombre. Por su parte, el director logra también muy buenas actuaciones de Miguel Inclán (Lupe) y de Rodolfo Acosta (Paco)… y en definitiva, se siente complacencia al ver una obra cinematográfica que, con aires de tragedia, va a dar cuenta de que, aunque a veces se lucha desde lo más bajo pretendiendo llegar a lo más alto, ésto seguramente lo reconoce el cielo, pero, en su impertinencia, la humanidad lo torpedea cuanto puede, y con frecuencia, lo torna imposible.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
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