A Joe Coughlin no le nace aceptar consejos paternos. El veterano de la Primera Guerra Mundial es un bandido en contra del sistema autoproclamado, a pesar de ser el hijo del auxiliar del superintendente de la Policía de Boston. Sin embargo, Joe no es del todo malo; de hecho, realmente no es lo suficientemente malo para la vida que ha elegido. A diferencia de los criminales para los cual se niega a trabajar, tiene un sentido de justicia y un corazón abierto; y ambos van en su contra, dejándolo vulnerable una y otra vez en negocios y en el amor. Impulsado por la necesidad de corregir los males que le han hecho a él y a personas cerca de él, Joe sigue un camino riesgoso contrario a su educación y a su moral. Abandonando el frío invierno de Boston, él y su pandilla calientan la situación en Tampa. Y mientras que la venganza quizá sea más dulce que la melaza infundida en cada gota de ron ilegal que mueve, Joe aprenderá que cuesta caro.