El arranque del film es muy bueno e impactante, pero a medida que avanza ,el director se pierde en un melodrama familiar sensiblero y con poca fuerza para atraer al espectador, resultando la película morosa y previsible.
El reciente estreno en pleno periodo estival de esta película protagonizada por Juliette Binoche , nos plantea un conflicto de conciliación de vida laboral y familiar en caso extremo.
El arranque del film es muy bueno e impactante, pero a medida que avanza ,el director se pierde en un melodrama familiar sensiblero y con poca fuerza para atraer al espectador, resultando la película morosa y previsible. Sin embargo este film tiene para mí el interés del cambio de “roles de género “ en la pareja. En este caso, Rebbeca ejerce una profesión arriesgada y apasionante, foto-reportera en zonas de conflicto, mientras que el marido queda al cuidado del hogar y de las hijas cuando ella está ausente. Este planteamiento convencional, pero a la inversa, genera en la protagonista sentimientos de culpa por no estar a la altura como madre y esposa.Quedando en evidencia, en cierto modo , la naturalización de la desigualdad de género, pues en general cuando es el hombre el que ejerce estas profesiones no suele plantearse este tipo de culpabilidad.
Nos encontramos con una Juliette Binoche espléndida y omnipresente , (no hay un milímetro de cinta en la que no aparezca ) transmitiendo a la perfección la lucha interna y el debate al que se somete en la autentica zona de conflicto : la familia . Los reproches de la hijas ( sobre todo la adolescente ) y el ultimátum del marido ,producirán en la protagonista auténticas heridas de guerra que unidas a la pasión por su trabajo y con el convencimiento de estar realizando una auténtica denuncia del horror , el fanatismo y la injusticia, determinarán el desenlace de esta historia .