Basada en hechos reales. Rodada en el estado de Illinois, donde suceden los hechos.
El comienzo nos sitúa en 1932, usando imágenes reales. Entonces eran frecuentes los asesinatos a diario, incluídos un gran número de policías, todo ello relacionado con la prohibición del alcohol, es decir, la "Ley seca".
En uno de esos casos, un policía es asesinado. Frank Wiecez es condenado a 99 años. Tras 11 años encarcelado, su madre ha conseguido reunir 5000 dólares trabajando día y noche, y decide poner un anuncio en el periódico recompensando al abogado que consiga sacar a su hijo de la cárcel. James Stewart es un periodista encargado de investigar el caso.
Es una película valiente en su día, que examina los mecanismos del sistema judicial estadounidense. En esto radica precisamente el interés. Henry Hathaway consigue que vayamos identificándonos con el siempre solvente James Stewart, siguiendo su proceso de indiferencia en un principio, incredulidad más tarde y total implicación finalmente.
Si bien es cierto que comienza con aire de cine negro y que el periodista hace las veces de investigador privado, no puede considerarse como tal, al menos globalmente.
A pesar de algunos fallos y de una atenuada crítica a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y a la Fiscalía, el gran trabajo de de James Stewart, sobrio, preciso, y contundente junto con algunos momentos destacados, especialmente el detector de mentiras ( buena actuación también de Richard Conte), hacen en su conjunto una buena película que invita a la reflexión.
Spoiler:
El final, después de todo el proceso de búsqueda de verdad, es algo precipitado. Por cierto, ¿qué pasa con el otro acusado, Tomek Zaleska, si también es inocente?
¿Cómo es posible que sòlo reciba 10 dólares de compensación?
¿No se sabe quién es realmente el culpable?