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Spain Spain · Madrid
Tomine rating:
10
Mystery. Drama An actress's (Laura Dern) perception of reality becomes increasingly distorted as she finds herself falling for her co-star (Justin Theroux) in a remake of an unfinished Polish production that was supposedly cursed. The latest hallucinatory vision from the iconoclastic director of "Blue Velvet" and "Twin Peaks," Inland Empire stars Laura Dern in a tour-de-force performance as, perhaps, an actress who lands a dream role that quickly ... [+]
Language of the review:
  • es
February 23, 2007
674 of 897 users found this review helpful
Lynch, no te mueras nunca. Cuando tú te vayas, no quedará nadie.

Sus cortos en digital me habían parecido indudablemente flojos. El trailer me echó para atrás, con esas imágenes feas, descuidadas. Las críticas eran casi unánimemente negativas, incluídas las de sus seguidores. Todo parecía indicar el declive de un cineasta que había hecho, en la era moderna, varias obras maestras. Me esperaba ver el “Topaz” particular de David Lynch, su caída manierista, al sentarme en la butaca.

Tres horas más tarde, salí del cine con lágrimas en los ojos, incrédulo ante lo que acababa de ver. En una era de mediocridad generalizada, de películas basura, de globos inflados por la crítica y genios de todo a cien, de decepción tras decepción y que pase la siguiente, voy y me encuentro, en cine de estreno, con esto. Una obra monumental, profunda y sentida, en la que el autor se deja el alma y el corazón. Que traspasa la barrera de producto elaborado para adquirir la forma de un trozo de alma, de exorcismo personal llevado al límite, sin miedo a arrugarse el traje. Entiende el camino del largometraje no como un avance lineal, sino en profundidad. Si la película dura tres horas, significa que debe tener esa dimensión, en el sentido más amplio del término, y no solamente esa duración. ¿Os acordáis del Detalle, esa cosa en vías de extinción? ¿Os acordáis de él, de Velázquez, de Bach, de Frank Lloyd Wright, de Vértigo, de Twin Peaks? ¿De cómo la Obra Maestra se construía ladrillo a ladrillo, del baile de relaciones, preciso, enigmático, entre el conjunto y el detalle, su elevación paulatina, la magia escondida bajo la alfombra? Debéis acordaros. Debéis recordar los tiempos en que el espectador MIRABA y era activo, cuando éste iba a por la obra y no al revés. Cuando inquiría curioso, estudiaba la esquina, se empapaba de Emoción. Pura. Y dura. No es un experimento, es el fin del camino. Las pruebas quedaron atrás y desembocaron en este mar. ¿Puedes ver el baile de formas, la asociación de imágenes, el diálogo preciso, nítido, con la música? ¿Puedes ver su magia pura, su capacidad conmovedora infinita? Nadie sabe hoy parar el tempo. Hacer que el tiempo se detenga, flotante, y prolongar esa mueca de idiota, esa mirada escrutadora a la pantalla, durante minutos. La película no dura ni tres horas ni tres días, la película NO dura. ¿Se me entiende? Lynch oyó mis gritos y mató al guión. Muerte al guión, descanso eterno para el argumento. El guión es una herramienta más, un elemento de rodaje más, papel mojado encima de una mesa. Lo saben los Lumière, lo saben los primigenios y lo sabe el cine, de definición: Imágenes y Música. Seis años después, algo volvió a suceder en una sala oscura. Que esto no acabe, por Hitch. Que esto no se apague nunca.
Tomine
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