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Voto de Chagolate con churros:
6
Drama Inglaterra, Edad Media. Macbeth es un noble caballero escocés. Un día, después de una batalla en la que se gana el favor del monarca, encuentra a tres brujas que le profetizan que algún día llegará a ser Rey. Después del cumplimiento de otras dos profecías formuladas por las brujas, inevitablemente Macbeth se pregunta cómo podrá cumplirse la tercera, ya que el Rey Duncan todavía esta vivo y, además, tiene dos hijos que pueden heredar el ... [+]
16 de marzo de 2010
37 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Macbeth” es, de las tres adaptaciones shakesperianas de Welles, la más endeble. Sumido siempre el director en luchas por recortes presupuestarios o manipulaciones en el montaje de sus obras por parte de las Majors, será esta, la película que resulte más perjudicada por dichos contenciosos.

El “Macbeth” de Welles es ante todo la palabra. Como adaptación de una obra literaria al lenguaje cinematográfico es pobre, pero la fidelidad del director hacia la obra de Shakespeare es máxima. Es, de cuantas versiones se han hecho, la más fidedigna con el texto escrito y la que más se podría considerar lo mal llamado “teatro filmado.”

Soy consciente de las extremas limitaciones económicas de “Macbeth”, pero ello no es óbice para evaluar el producto por el resultado final sin supeditarlo a lo que pudo ser o a lo que es, aún con sus restricciones. Innegable es que la paupérrima dirección artística (Welles llegó a usar decorados de otras producciones) es una de las trabas con las que tuvo que lidiar el director, sobre todo si el objetivo era alejarse del teatro y “su escena”.

La cámara de Welles no puede sobreponerse (como sí hizo en “Otelo” años después) a unos decorados tan mugrientos. Es más, el intento del director de salvar el obstáculo perjudica aún más que beneficia. El pequeño abanico de planos que decide imponer Welles a “Macbeth” acaba por matar la imagen. En esta adaptación, sólo queda la palabra. La ausencia casi de planos generales y un excesivo número de contrapicados (donde el decorado es innecesario) empobrecen el lenguaje cinematográfico y embrutecen su resultado final.

Tampoco ayuda mucho la promoción casi exclusiva de la imagen de Macbeth (el propio Orson Welles) en detrimento de los demás personajes. Welles saca (como siempre) una interpretación magistral, de una intensidad no vista en pantalla y de una ferocidad no superada por cualquier otra versión, pero está focalización provoca también un detrimento, sobre todo, en el rico personaje de Lady Macbeth que Shakespeare escribió. Jeanette Nolan no es una buena Lady Macbeth pero no está claro sin por el excesivo protagonismo de Macbeth o por culpa de la propia actriz.
Chagolate con churros
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