Haz click aquí para copiar la URL
España España · Barcelona
Voto de alex:
10
Drama. Intriga. Romance Anna, una rica joven romana, su novio y Claudia, su mejor amiga, se embarcan en un crucero veraniego entre las escarpadas islas sicilianas... (FILMAFFINITY)
29 de diciembre de 2007
120 de 147 usuarios han encontrado esta crítica útil
Así como Hitchcock es el maestro del suspense y la narrativa, digamos tradicional, en la medida en que consigue nuestra atención a base de llevarnos, como en una montaña rusa, a través de un planteamiento, un nudo -con sus consiguientes sub nudos o puntos culminantes- y un rápido desenlace, Antonioni es el maestro de la subversión narrativa, de la destrucción de los códigos dramáticos tradicionales.

Y así en su cine (igual que en la vida) puede ocurrir que determinado planteamiento no tenga forzosamente que llevarnos a un desarrollo y luego a un desenlace. Es un cine en el que toma más importancia el subtexto que el texto, lo que se oculta que lo que se expone, el silencio y la quietud (que nos remiten a la meditación o a la contemplación) que los fuegos vacuos de la convencionalidad dramática. Pero lo mejor de todo es que siempre hay un elemento de elegancia, de rigor, y sobre todo, de misterio, que se sustrae a ser analizado por la lógica.

Y La Aventura es el paradigma de todas estas características. Una mujer desaparece en un islote, y en el transcurso de su incierta búsqueda, su mejor amiga y su novio se enzarzan en una apasionada -aunque ambigua y culpable- relación amorosa que va relegando a la mujer desaparecida y a la propia búsqueda a un plano cada vez más marginal. La ausencia, en este caso, es la génesis del amor y de la pasión, pero también del olvido. Un olvido que no solo aqueja a los protagonistas sino también, progresivamente, a los propios espectadores, provocándonos -por lo menos a mí- una sensación extraña, indefinible, una suerte de profunda y subconsciente convulsión interior.

Los escenarios romanos y sicilianos, la fotografía en blanco y negro, los movimientos de cámara, los encuadres, son de una belleza y precisión pocas veces vista. También debo resaltar la belleza, elegancia, y expresividad de Monica Vitti. Su atormentada presencia en la sublime secuencia final es uno de los momentos más bellos, desolados, y conmovedores que yo he visto en el cine.
alex
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow