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Voto de Lobo_Aullante:
7
Terror. Fantástico Cinco amigos se alojan en una cabaña de Tenessee para así poder ayudar a una de los jóvenes, que se encuentra en rehabilitación por drogas. Estar sin sus drogas convierte a la chica en una persona agresiva, lo que llevará a sus amigos a no darse cuenta de que en realidad esta poseída por demonios que fueron desatados al leer el Necromicon... Remake del clásico de Raimi. (FILMAFFINITY)
9 de marzo de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me declaro un fan del cine de Sam Raimi. Quizás no es uno de esos directores de culto cuyos truños son alabados por todos los pretenciosos y pedantes gafapastosos que ven en el cine una forma de expresión intelectual. En cierto modo puede llegar a serlo y por ello es bien conocido como el séptimo arte. Pero pienso que el cine, ante todo, es y debe ser un entretenimiento.

The Evil Dead (1981) fue el debut de Sam Raimi en el largometraje y se convirtió en uno de esos grandes clásicos del cine de terror de serie B de los años 80. La película presentaba una trama sencilla pero la cual ha calado hondo en el imaginario colectivo, ya que sentó en cierto modo las bases de un subgénero de terror que ha sido agotado hasta el hastío: un grupo de jóvenes incautos deciden pasar una noche en una cabaña solitaria en medio del bosque, siempre por algún pretexto absurdo, y son masacrados sádicamente por algún entre maligno o asesino. En el caso de The Evil Dead, la historia nos presentaba a unos alegres demonios cantarianos, los cuales podían despertar y poseer el cuerpo de los vivos tras recitar ciertos pasajes de un libro maldito encuadernado en piel humana, hallado en las ruinas de un cementerio sumerio: el Necronomicón.

La trama de la película era lo de menos: lo que realmente nos hizo disfrutar eran las muertes absurdas, el gore sin sentido y en clave de humor y, en definitiva, ese cierto aire a autoparodia que aunque no se mostraba explícitamente, terminó de consolidarse en la segunda entrega de la saga: Terroríficamente muertos. Además, la fotografía y la cámara de Sam Raimi nos presentaron secuencias muy originales e imaginativas, únicamente al alcance de un verdadero genio del cine.

En esta ocasión, Raimi como productor, nos presenta un remake que, si bien no es fiel al espíritu de las originales, consigue superar las expectativas que uno espera al ver este tipo de películas, las cuales -no nos engañemos- acostumbran a ser insufribles.

Evil Dead (2013) es ante todo una película seria. Su ambientación es perfecta, el maquillaje es inmejorable -se ha prescindido de la sangre digital y se han usado los efectos especiales de antaño, que posibilitan una violencia gráfica mucho más imaginativa y divertida-, los actores aceptables y el guión sólido dentro de lo que cabe esperar en una película del género de terror. No obstante, si hay algo que se le puede objetar, es precisamente esto: es demasiado seria. Es una película de terror mainstream, tal y como he leído por aquí, y esto le hace perder la esencia de cine independiente propia de la saga.

No obstante, nos presenta una nueva historia, del mismo modo que Terroríficamente muertos presentaba una historia distinta a The Evil Dead, pero con los mismos elementos: la cabaña, los demonios y, como no, el libro. Es por ello que creo que, pese a no estar en línea con las anteriores entregas por lo ya comentado, Evil Dead (2013) se merece un sitio en la saga ya que, pese a sus defectos, se trata de una película de terror muy satisfactoria: produce tensión e intriga y sufres con los protagonistas. Y a veces uno se sorprende a sí mismo con casi treinta tacos y cerrando los ojos delante de lo que está viendo en la pantalla. ¿Qué más se puede pedir?

El remake ha hecho homenaje a las las escenas más memorables de las entregas anteriores y nos ha regalado otras nuevas que, personalmente, me han encantado. Evil Dead (2013) es terror del bueno, de ése tan violento y exagerado que no te produce angustia sino todo lo contrario: disfrutas al ver a los desdichados personajes pasando por tales aprietos y te ríes incluso pensando "¡Qué putada si me pasara a mí!". E incluso hay un par de momentos puntuales en el que el espíritu mordaz de las anteriores entregas parece asomarse, pero al final se queda en el mero intento. Y, como demérito, está el inexplicable cambio de nombre del Libro -que de Necronomicón ha pasado a llamarse Naturom Demonto- y un poco acertado desvío hacia los caminos más trillados del género de las posesiones demoníacas: la visión fantástica dentro del marco judeo-cristiano, cuyas bases sentó otra obra maestra del cine de terror: El Exorcista.

Mi impresión final es que la película no es suficientemente gamberra, pero es un trabajo de suficiente calidad dentro del género como para que su visionado no resulte una pérdida de tiempo. Y eso, en los tiempos que corren, es decir mucho. Os la recomiendo a los fans de la saga y a todo aquel que disfrute del buen cine de terror.
Lobo_Aullante
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