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España España · Madrid, Jaca
Voto de jaly:
9
Drama. Intriga. Thriller Tom Ripley (Matt Damon), un joven empleado de una empresa de servicios de Manhattan, pide prestada una chaqueta de Princeton para tocar el piano en una fiesta. Cuando el rico propietario de la casa charla con él, Ripley le hace creer que es amigo y compañero de universidad de su hijo Dickie (Jude Law); entonces, el padre ofrece a Tom mil dólares si va a Italia y convence a Dickie para que regrese a casa. Cuando conoce a Dickie, que es ... [+]
18 de abril de 2009
78 de 81 usuarios han encontrado esta crítica útil
En El Talento de Mr. Ripley, Anthony Minghella desentrama los lazos de la psique humana poniendo a luchar sobre el cuadrilátero el ello, el yo y el superyó, haciendo que gane por goleada el primero, pues los deseos e instintos primigenios modelan y moldean al ser humano más allá de su decencia. También Freud dibuja parte del compás de esta obra, pues la pulsión de muerte (Tánatos) y la pulsión sexual (Eros) construyen la trama y la intriga de este rocambolesco y asfixiante thriller en el que los callejones sin salida se amontonan para las piezas de ajedrez de su director, sus personajes, que sufren las consecuencias de la bola de nieve de mentiras que Ripley va construyendo en su avance en la historia.

Porque Ripley no es un hombre al uso, pero a la vez preserva algunas de las ambiciones y defectos más antiguos del ser humano. Su inseguridad le revela como un hombre tímido y apocado, con afán de reconocimiento social y sexual. Dikie, su antagonista, es el mito que Ripley siempre quiso ser, alguien atractivo, encantador, que dirige la vela de su vida, y que no piensa en los demás para medirse a si mismo. La admiración da paso al siguiente sentimiento lógico, la envidia, y por vivir la vida que nunca pudo llevar, Ripley trata de suplantar todo lo que Dikie significa, desde su nombre hasta un traje usado. Ripley es un ser melancólico, casi patético. Dikie es alguien libre, expansivo, agotador. Son dos humanos dirigidos por ese ello del que Freud hablaba, y la colisión entre dos extremos da paso a la lógica lucha, primero fría, luego de bombas.

Minghella era un tipo inteligente, eso está claro. Supo renovar y revolucionar el cine épico – romántico clásico con El Paciente Inglés. Supo leer en La Odisea a Cold Mountain. Supo dar una visión inaudita al melodrama con Breaking and Entering. Y con El Talento de Mr. Ripley sigue los pasos de Hichcock, haciendo accesible la prosa de Patricia Higsmith sin perder inteligencia, trufando de bellas metáforas creadas por él la adaptación cinematográfica (como el significado de la música en cuanto a los personajes), mostrando la “dolce vita” italiana pero sin perder el clasicismo de sus escenarios, ni sus claroscuros (En Nápoles, Ischia, Roma, Venecia), aspectos también vinculados a sus personajes. Además dirige un reparto en estado de gracia, en el que el trío protagonista está antológico, Damon en su mejor papel, repulsivo y conmovedor, Paltrow totalmente emotiva y real, Blanchet con una elegancia y un empaque digno de una estrella de cine clásico, Hoffman salido y repulsivo, y Law haciendo un trabajo tan bueno que hace que todo público saque al Ripley que hay en uno, por la envidia, admiracíon, repulsión e ira que provoca.

(Sin Spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
jaly
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