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España España · Madrid, Jaca
Voto de jaly:
7
Drama Obsesionado con la búsqueda de una idea matemática original, el brillante estudiante John Forbes Nash (Russell Crowe) llega a Princeton en 1947 para realizar sus estudios de postgrado. Es un muchacho extraño y solitario, al que sólo comprende su compañero de cuarto (Paul Bettany). Por fin, Nash esboza una revolucionaria teoría y consigue una plaza de profesor en el MIT. Alicia Lardé (Jennifer Connelly), una de sus alumnas, lo deja ... [+]
4 de noviembre de 2009
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando asistí a la proyección de Una mente maravillosa me parecía estar ante una pieza cinematográfica de los años 50. Su trabajo de época en cuanto a vestuario, decorados, colores, diseño de producción... son tan embriagadoramente exactos que uno no puede más que rendirse ante tal pulcritud. Pero también me pareció una película digna de los años 50 en el modo en que trataba muchos de sus temas. Es decir, en como obviaba los problemas menos políticamente correctos, en cómo priorizaba en el amor (preferiblemente marital), en contra de otra clase de relaciones, en como, en fin, no se implicaba con la historia real de los hechos descritos en pantalla, sin tratar de adornar con moralidad y buenos sentimientos, lo que en realidad era una aciaga historia de soledades, adicciones y conceptos muy lejanos al American Way of Life.

Pero con Ron Howard en el timón del proyecto uno ya debería saber que esperarse. Un drama romántico y familiar con final feliz, muchas lágrimas, y mucho moralismo. Eso es lo que da Una mente maravillosa, pudiendo haber dado una historia, posiblemente mucho más compleja, y con ello más interesante, duradera, menos ingenua. Aunque sería injusto no defender la labor de Howard como narrador. Su dramatismo es compacto, consigue resolver muchos problemas de planteamiento de una manera elegante, bella y apasionante (como las alucinaciones de Nash o cada vez que este establece pautas y fórmulas matemáticas.

¿Es Una mente maravillosa una película merecedora de cuatro Oscar principales? No. ¿Es una adaptación fiel de la dura realidad? No. ¿Es una mala película? Tampoco.

Y si no lo es, aparte de por lo expuesto, es porque contiene unas interpretaciones más allá de la perfección. Harris, Bettany y Plummer son tres actores secundarios capaces de implicarse y poner un peso en sus intervenciones como si fuesen las estrellas. Los tres conmueven e inquietan de manera sorprendente.

Y Crowe y Connelly van más allá de todo trabajo de método, su transformación corporal y su relación emocional, plausibles como la seda a lo largo de todo el metraje, alimentan dos composiciones duras y cargadas de matices y miradas, con emociones y vivencias de los personajes arraigadas en lo más profundo de sus ser, en lo más profundo de su amor. Sus escenas juntos se convierten en las grandes joyas de esta mente maravillosa.
jaly
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