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España España · Madrid, Jaca
Voto de jaly:
9
Drama. Comedia A finales de los años 70, tres mujeres exploran el amor y la libertad en California al tiempo que un adolescente experimenta el paso a la madurez rodeado por estas mujeres, su madre y dos amigas, que le marcarán para siempre. El año es 1979. En Santa Bárbara, Dorothea Fields (Annette Bening) es una enérgica mujer soltera y cuya mayor preocupación es la educación de su hijo de 15 años, Jamie (Lucas Jade Zumann), en una época de rebelión ... [+]
24 de marzo de 2017
12 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
20th Century Women es una de esas raras películas que habla de todo y de nada a la vez. Sin sustentarse explícitamente en una trama, en el filme asistimos a la construcción, o más bien, al asentamiento, de un cuadro familiar extraordinario, al cuadro social de una familia sui géneris que afronta lo que afrontan todas las familias: el crecimiento, el relevo generacional, el descubrimiento de uno mismo, la lucha rutinaria contra lo inesperado, contra lo que no conocemos aún...

Pero dentro de ese escenario familiar, 20th Century Women también es una emocionada y sólida carta de amor de Mike Mills a la figura de una madre, como Beginners lo era a la del padre, alimentada de las circunstancias tan excepcionales como normales de esa mujer, centro y origen de todo. Dorothea (Annette Bening) es esa mujer, el centro de ese universo, una mujer nacida en los años 30, durante la gran depresión americana, separada hace ya muchos años y que ha construido su vida sin un compañero. Maneja sus finanzas a base de un repaso exhaustivo de sus acciones, fuma con la clase con la que se enseñó a las damas a base de cine de los años 40 (el que más ama) y de melodías suaves de Jazz, cuando fumar otorgaba estilo, no cáncer. Como mujer sola, su feminismo va más allá de lo académico o lo reivindicativo: es, de facto, su forma de vida. Regenta con familiaridad una casa de huéspedes en constante rehabilitación en una mansión de la costa californiana. Su único hijo es Jamie (Lucas Jade Zumann), que está entrando en la adolescencia, y por lo tanto, distanciándose de su madre en el vínculo social. Él adora el punk rock de sus contemporáneos en los años 70, empieza a sentir curiosidad por aquello del deseo, y por tanto, empieza para él un mundo nuevo, en el que ya no es un niño. En esa casa viven también Abbie (Greta Gerwig), veinteañera, fotógrafa y artista, que llegó hace ya años después de abandonar la otra costa para separarse de un cáncer y de la imposibilidad familiar para asumirlo. En la nueva etapa de la vida de Jamie, Dorothea cuenta con Abbie, casi otra hija, para ayudarle a comprender el mundo, inevitablemente bajo su(s) miradas femeninas. Por allí frecuenta también Julie (Elle Fanning), adolescente y la mejor amiga de Jamie, que duerme con él con inocencia y complicidad infantil, a pesar de su precocidad sexual con otros, de los sentimientos que Jaimie tiene por ella, y del sobresanáis psicológico que Julie, hija de una psiquiatra, aplica a todo lo que tiene delante. El único otro hombre es William (Billy Crudup), que ayuda a Dorothea a arreglar la casa, mientras trata de descubrir quién es: el movimiento hippie no funcionó para él, como tampoco lo hace el amor, a pesar de sus muchas conquistas.

Y con ese microcosmos, Mike Millis reflexiona sobre las generaciones, sobre los valores en los que cada una de las generaciones se sustenta, sin que unos sean mejores o peores que otros: cada uno es hijo de su contexto, y para cada uno le espera un futuro diferente del futuro que un día inventamos los otros. 20th Century Women es una apasionante visión antropológica del tiempo y las circunstancias, y su guión, que otorga a Dorothea y a Jamie el poder omnisciente de narrar su futuro, su historia, y la de los demás, a la vez que funciona como apasionante mecanismo narrativo, alimenta la conmovedora relación de esos dos personajes, entre ellos, consigo mismos, y con todos los demás fantásticos personajes de la película. 20th Century Women me recordó a Beginners, pero también a la obra maestra A dos metros bajo tierra, porque habla de la vida, del camino de la existencia, y de los vínculos con los otros, desde una perspectiva piadosa pero real, en la que la ternura nunca se separa de lo auténtico.

Algunos críticos americanos han acusado a Mills de ser demasiado obvio con el idealismo de y hacia sus personajes, de tratar de condensar demasiado mensaje en una forma aparentemente espontánea, despojada de peso trágico. A mi, me da igual, pues me parece que fondo y forma en 20th Century Women, desde su creación de personajes, hasta su ejecución en el montaje, el guión y la música, es emotivo por el sentido y la sensibilidad de todos los elementos, y porque es muy difícil no identificarse con lo que aquí ocurre: quiero imaginar esta historia, situada en los años 70, en cualquier otra época, y así surgiría un fresco social, emocional y familiar apasionante por quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos.

Los mejores aliados de Mills son sus actores. Son todos extraordinarios, vulnerables pero reales, y engrandecidos los unos por los otros. Pero merece una mención, y todos los premios posibles, una extraordinaria Annette Bening, que de forma absolutamente magnética y misteriosa, encarna en Dorothea todas las particularidades de su personaje, y a la vez todos sus matices universales. Valores que dan a esta película su verdadero valor: el de ser, no 'bigger than life', sino simplemente, vida.
jaly
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