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España España · Barcelona
Voto de LennyNero:
8
Intriga. Thriller. Comedia En un país centroeuropeo, el tren Transcontinental Express sufre un gran retraso a causa del mal tiempo. Los pasajeros pernoctan en un pequeño hotel, donde Iris Henderson entabla conversación con una vieja institutriz inglesa, la señora Froy. Poco después de reanudar el viaje, Iris se da cuenta de la desaparición de la anciana, pero los demás pasajeros afirman que su amiga no existe y que ella ha sufrido una alucinación. (FILMAFFINITY)
24 de febrero de 2011
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decía Jorge Valdano que una de las grandes virtudes de Xavi e Iniesta es su capacidad para hacer una pared en un ascensor. Sin embargo cabría preguntarse qué pasaría si se les pusiera de defensas centrales. Aún sin saberlo a ciencia cierta es posible que fracasaran ni que sea por una cuestión de altura, aunque la causa más probable es que sencillamente les estuvieran haciendo jugar en un lugar donde no pudieran explotar sus cualidades y debieran hacer cosas para las cuales no reúnen los requisitos necesarios.

Algo así pasa con Alarma en el Expreso. Que el tío Alfred tiene una habilidad fuera de lo común para construir una historia de suspense dinámica en un espacio tan reducido como un tren no es algo que sorprenda. Lo que si queda patente es que, en lo que sería sin duda la parte más negativa del film, la comedia como género (es decir, no como recurso) no es lo suyo. Así asistimos a unos primeros 20 minutos iniciales que pretender ser una especie de remedo de comedia de enredo (muy a lo Lubitsch, por cierto) que, mediante un continuo vaivén de situaciones, pretende hacer un esbozo y presentación de los personajes. Intención esta que a la postre resulta insatisfactoria debido a que, por un lado no se apunta nada realmente relevante en el desarrollo posterior de la trama y por otro se contradice con el espíritu de las películas de Hitchcock, donde entramos de forma inmediata en situación, creando en este caso un innecesario y tedioso arranque de film.

No obstante, es entrar en el tren y nos hallamos ante un ejercicio de precisión implacable. Imbuido de un dinamismo que remite directamente a la propia velocidad del expreso, se plantea una situación que, no por menos rocambolesca, deja de ser intrigante. Una auténtica y trepidante película de espías donde la paranoia y la sombra de la duda planean sin cesar. El tren ya es de por sí un espacio cerrado, un espacio aparentemente seguro por la inviabilidad de una desaparición y aún así Hitchcock lo convierte en un trampa mortal, en una espacio claustrofóbico que, mediante planos muy cerrados y una insistencia en reflejar unas miradas multidireccionales de los personajes, reducen aún más el espacio entre la cordura y la locura, entre las seguridades y la total desconfianza.

Quizás aún no nos hallemos en eso territorio de antihéroes cínicos de la filmografía posterior del director inglés, pero que apenas exista gama de grises y la línea entre el bien y el mal no esté delimitada no resta interés alguno. Máxime cuando el habitual recurso del Mcguffin es explotado hasta el límite, apurándolo hasta el último segundo del film, de forma que aún reconociendo que no hemos tenido respuesta al gran interrogante el viaje ha sido lo suficientemente divertido para no importarnos en demasía.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
LennyNero
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