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España España · Barcelona
Voto de LennyNero:
8
Drama Este drama se centra en una mujer en la última etapa de una enfermedad terminal y en las repercusiones de su enfermedad en sus familiares más cercanos. (FILMAFFINITY)
6 de abril de 2009
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
En uno de los pocos momentos de expresividad emocional desatada, uno de los personajes rompe a llorar tratando de aferrarse inútilmente a su difunta mujer, buscando impedir, inútil pero invariablemente, que desaparezca una de sus pocas conexiones emocionales con la vida, tratando de cerrar, en definitiva, la distancia emocional que les ha separado. No obstante la singularidad de este momento, no se puede hablar de la boca abierta como de una película carente de emoción, sin embargo hallamos un enfoque muy diferente de ella a lo largo del metraje. Un enfoque que trasciende las barreras entre la ficción y el espectador en la búsqueda de una cierta interactividad entre ambos elementos.

Aunque el elemento naturalista está siempre presente en film, tanto en la puesta en escena, como en las situaciones narradas, Pialat opta por no involucrarse en demasía en los acontecimientos narrados. Gracias a un posicionamiento permanentemente distante, mediante planos medios, el director refleja la voluntad de ser parte narradora, de estar presente en las situaciones, pero al mismo tiempo de estar desligado emocionalmente de lo acontecido. Más importante aún es el espacio, tanto físico como narrativo, entre la cámara y los personajes. Efectivamente, aún pudiendo intuir el desarrollo vital de los protagonistas, se nos ofrece más que un discurso lineal, una suerte de retazos de vidas, conectadas por los lazos de la familiaridad pero vacías de verdadero afecto. Esto, junto a la austera ambientación de sus escenarios, conforma un panorama de raíz bressoniana buscando que el espectador rellene ese vacío emocional, que su empatía se dirija de forma natural mediante la interpretación propia de los eventos, que no se sienta emocionalmente dirigido hacia los personajes.

En esta misma línea se podría hablar de un cierto existencialismo por transferencia, ya que son los personajes los que sufren una especie de agonía existencial, una extensión alegórica de la propia agonía de la protagonista. Sin embargo, sus actos, sus movimientos, están más cercanos a los de un muerto en vida, sólo sentimos su compulsión sexual del mismo modo que un zombi siente el impuso de comer de forma instintivo. Sí acaso, es el espectador el que se involucra, el que sufre, el que piensa y analiza los actos de los personajes en busca de respuestas.

Sin embargo, Pialat se responde a la pregunta genérica que ha formulado durante todo el metraje. Con un intenso travelling se aleja del destino de sus personajes a toda velocidad, un travelling largo, sinuoso, pero cuyo efecto distanciador es implacable y que nos habla de lo efímero de las conexiones sentimentales humanas, de la poca relevancia del tiempo, de que al final (como acertadamente se cita en Donnie Darko) todas las criaturas de este mundo mueren solas, pero lo más importante, es que es así como también viven.
LennyNero
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