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España España · Barcelona
Voto de LennyNero:
9
Drama Texas, principios del siglo XX. Una historia sobre la familia, la avaricia y la religión. Daniel Plainview (Daniel Day-Lewis) se traslada a una miserable ciudad con el propósito de hacer fortuna, pero, a medida que se va enriqueciendo, sus principios y valores desaparecen y acaba dominado por la ambición. Tras encontrar un rico yacimiento de petróleo en 1902, se convierte en un acaudalado magnate. Cuando, años después, intenta ... [+]
16 de febrero de 2008
286 de 345 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mucho se habla de la decadencia del sueño americano, como si hasta ahora USA hubiera sido poco menos que un parque temático de la felicidad, la prosperidad y la libertad. Pero como todo el mundo sabe un edificio sólido se construye siempre desde unos buenos cimientos, y lo que nos indica la película es que quizás los cimientos de esa América de ensueño ya estaban podridos desde el principio.

Paul Thomas Anderson se desmarca de su habitual estilo cinematográfico para revisitar a los clásicos y ofrecernos una visión árida y críptica de los inicios de la prosperidad americana. Para ello usa a Daniel Day-Lewis como instrumento en tanto que su vida, su personalidad, su historia, no de jan de ser una mera metáfora de lo que está sucediendo en el país. Así vemos como la evolución temporal no es gratuita ni mucho menos. En los incios el protagonista representa la vitalidad y el esfuerzo por la superación, para poco a poco corromperse por la ambición, el odio y la decrepitud físicas y moral, que coincide casualmente con un desenlace situado en el crack de la bolsa del 29.

Pero no sólo se centra Anderson en su crítica al capitalismo, sino que señala sin miramientos a otro culpable: el fanatismo religioso, capaz de convertir algo como la fe en un espectáculo circénse cuyo único proposito es mantener idotizadas y calladas a las masas. En el film la religión no deja de ser el tonto útil del capitalismo, la otra cara de la moneda que representa Day-Lewis y que cuando deja de ser necesaria es arrojada como si fuera un trapo sucio.

Pozos de ambició, no es desde luego perfecta, a pesar de su sobriedad tiene algún momento de efectismo innecesario quizás causado por el histrionismo de su protagonista, pero a parte de ello nos hallamos ante el retorno del cine con mayúsculas, un cine que busca ante todo contar una historia y que no necesita de adornos ni trampas argumentales para impactar.
Sí, nos hallamos ante un film difícil, no apto para todos los paladares, pero que contiene momentos de grandeza que a un servidor hacía tiempo que no le mantenían tan clavado en una butaca de cine. Imprescindible.

Lo mejor: Su busqueda de la pureza cinematográfica.
Lo peor: Algún momento de sobreactuación.
LennyNero
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