La verdad es que si le quitas las escenas de mini yo y el atractivo de Beyoncé como la fémina acompañante de turno de Austin Powers la película pierde mucho tirón. Aunque habría que empezar por que te hayan gustado las anteriores secuelas pues la linea es la misma: los disparatados diálogos de los dos protagonistas (austin y el dr maligno) con los correspondientes aliados en uno y otro bando, quizás lo mejor de la película respecto a las otras.
Lo peor sin duda es el holandés que hace de malo y que da nombre a la peli, y que en momentos mas que divertido resulta bastante desagradable y zafio, por lo demás se cumple con las apariciones de eternos secundarios como gordocabrón, el hijo del dr maligno Scott (llamado a tener mas protagonismo en futuras partes), el del antojo, el padre de Austin (espléndido Michael Caine representando su propio papel de galán empedernido)...
En fin, al humor cachondo y deshinibido de Austin Powers no se le puede pedir mucho mas de lo que da, o lo aceptas con buena disposición dispuesto a sonreir un rato o te parecerá de lo más absurdo y chorras.