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España España · Cáceres
Voto de Sinhué:
8
Drama François Vatel es el leal y devoto maestro de ceremonias del arruinado Príncipe de Condé. El aristócrata necesita recuperar el favor del rey Luis XIV (1643-1715) y espera que éste le otorgue el mando de las tropas en una nueva guerra contra Holanda. Por ello, cuando el rey, acompañado de la corte, decide visitar a Condé en su castillo de Chantilly, éste le encarga a Vatel que organice, sin escatimar en gastos, una espectacular recepción ... [+]
17 de junio de 2009
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy ilustrativa esta película de época (S. XVII) del director, entre otras, de La Misión y Los Gritos del Silencio. Los dispendios, la inmoralidad y las conspiraciones palaciegas y por el poder, que conducirían al Rey Sol y los suyos a la Revolución Francesa, un siglo después; están presentes en esta cuidada exposición que toma como protagonista al maestro de ceremonias: Vatel.

Vatel, de origen humilde, que ha ascendido a ese importante cargo al servicio del Príncipe de Condé, por su tesón, profesionalidad y falta de soberbia es el encargado de conseguir, con su buen hacer, que el rey Louis XIV se sienta cómodo y halagado en su descanso de fin de semana en el castillo de Chantilly. Así espera el príncipe, atosigado por las deudas y la insufrible gota, recuperar el favor y ser nombrado general en la más que posible batalla, por cuestiones de honor, contra Holanda.

Gérard Depardieu hace creíble a su personaje, trasladándonos a través de sus ojos los muchos defectos y escasas virtudes de una corte, la de Versalles, que chapotea en su inmunda deidad.
Los vistosos espectáculos de luz y color, los grandes banquetes, los montajes teatrales, el bel canto y las agradables sorpresas, frutos de la desbordante imaginación de Vatel, conviven con la trastienda del castillo. Una pared más allá, las ratas y los harapientos trabajadores al servicio de la aristocracia intentan sobrevivir. Vatel está en el medio, más cerca en espíritu de unos que de otros.

Y para terminar nuestro maestro de ceremonias decide convertirse en maestro de dignidad, que tampoco era tan difícil con aquella caterva.
Sinhué
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