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España España · Valencia
Voto de Arakiri:
7
Drama Christiane F. es una muchacha de 14 años que vive con su madre en un típico piso colmena en Berlín a mediados de los años 70. Su mayor deseo es escapar de esa realidad e ir al Sound, la discoteca más moderna de Berlín. Un día su amiga Kessi se cuela dentro con ella. En el Sound conoce a Detlev, de quien se enamora, y su grupo de amigos, que se dedican a trapichear con drogas. Para sentirse a la misma altura de Detlev y no quedarse ... [+]
30 de mayo de 2007
111 de 128 usuarios han encontrado esta crítica útil
Berlín 1975, Cristina es una niña de rostro angelical y apenas 13 años de edad cuyos padres acaban de divorciarse, es una chica inteligente y aplicada.
El mundo que la rodea es gris, es la época del Glam-rock, de jóvenes sin ideales que se creen que se las saben todas y que quieren vivir demasiado deprisa, de padres que trabajan demasiado para reunir unos pocos marcos y no tienen tiempo para preocuparse por sus hijos, de artistas (grandes ídolos) que presumen de su adicción a las drogas como si de algo "cool" se tratara, un mundo de grandes miserias, un mundo con una única reina : La Heroína

Pronto llegaran las primeras escapadas nocturnas a la discoteca de moda, los primeros amores, los primeros cigarros, las primeras cervezas, los primeros porros…

"Yo controlo" se repite Cristina mientras juega a ser mayor, poco después vemos que no es así y llegan los "viajes" a bordo del LSD, los comprimidos de Efedrina y demás medicamentos que, por aquel entonces, vendían sin receta a cualquiera.

"Yo controlo" se repitió cuando, en un concierto de su adorado David Bowie, aspiró heroína por primera vez, pero no fue así.

Cristina quiere experimentar lo mismo que Detlev, su novio, quiere chutarse, quiere viajar más allá de o que el ácido le permitía y empieza a inyectarse. Así Entra en un mundo de jeringas compartidas y de sucios lavabos públicos.

Mientras tanto su madre permanece ajena a todo esto, no se imaginaba lo que su dulce hijita esta viviendo, llegando tanto Detlev como Cristina a prostituirse para poder pagar las dosis.

Una de las escenas que mas angustia causa, es cuando Cristina y su novio deciden desintoxicarse. Se encierran en una habitación durante una semana, sin salir para nada de ella. Hay momentos claustrofóbicos, los dos entre las sábanas de la cama, vomitándose el uno encima del otro. En otros filmes actuales he visto repetida esa escena de la desintoxicación, por ejemplo en Trainspotting, pero ni tan siquiera se acerca a la escena de esta película, mucho mas realista y angustiosa.

Muchas de las escenas transcurren en el metro, dando una sensación aun más claustrofóbica. La fotografía, granulada y a veces oscura da un aire más incomodo durante todo el metraje.

La película es dura, realista y ver a chicos de esas edades en esas situaciones hace poner los pelos de punta, en definitiva, para mí, junto con Drugstore Cowboy, la mejor película sobre la drogadicción.
Arakiri
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