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España España · Valencia
Voto de Arakiri:
8
Drama. Romance Tae-suk es un joven que ocupa temporalmente viviendas cuyos habitantes están ausentes. Nunca roba ni ocasiona daños en los hogares de sus involuntarios anfitriones. En realidad, es una especie de fantasma que duerme en camas ajenas, come algo de las neveras de esos extraños y retribuye su forzada hospitalidad haciendo la colada o arreglando alguna que otra avería doméstica. Sun-hwa, que en tiempos fue una hermosa modelo, se ha visto ... [+]
26 de febrero de 2007
168 de 193 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los personajes de Kim son gente de pocas palabras. Como él ha manifestado en alguna entrevista, han sufrido alguna herida muy profunda, una decepción muy grande ha matado su fe y su confianza.
Estas palabras muestran claramente lo que son las vidas de los protagonistas de “Hierro 3”.

Una película hecha a pura base de ideas y encima de las baratas. Pero que como solo puede llevar a cabo un maestro como Kim, quién aquí consigue una de sus mejores películas. Sin la moralina religiosa, las lecciones punitivas sobre el sexo, ni la cruel y progresiva violencia que habitan en muchas de sus películas. Una Historia de soledades, de encuentro con la vida y con una magia, un humor y una poesía que resaltan su obra hasta convertirla en una de las 5 mejores películas del cine asiático actual.

“Hierro 3” elabora un profundo análisis de la sociedad moderna, de la necesidad que todos tenemos de saber que no estamos solos, con una riqueza en contenidos que nos son servidos de una manera sutil y muy inteligente por su director. Una película minoritaria, solamente recomendable para quienes estén dispuestos a perderse en su visión poética del mundo y reflexionar sobre los mensajes que desprende, claramente influenciados por la filosofía Zen.

La crítica social está presente en todo el metraje: el maltrato de la mujer, el poder de las apariencias, el abandono de los mayores, la corrupción policial, la incomprensión del inadaptado o diferente y la injusticia. Frente a ello tenemos el amor incondicional sin necesidad de palabras, el uso de la mente sobre la fuerza, la solidaridad del trueque (por usar las casas sin permiso, el protagonista lava la ropa o arregla cosas a cambio).
En definitiva una historia bonita con un trasfondo social que muchos pueden pensar que resulta falsa e incluso fallida por la ausencia de diálogos, pero que centrándose en las miradas y los gestos sale bien parada por la puesta en escena en la que se mueven como fantasmas los protagonistas.
Arakiri
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