A más de uno pilló de sorpresa la anterior entrega de éste díptico groundhogueño: donde uno esperaba un slasher resultón, se encontraba con una desprejuiciada e hipermoderna comedia negra con una atinada Rothe y un adorable Broussard.

¿Y lo de aquí? Pues se podría decir que es más de lo mismo, pero no - sus creadores se apañan para meter un giro SCI-FI al tema y potenciar la comicidad hasta enloquecidos (y aún más autonconscientes) niveles. Si HAPPY DEATH DAY era INFILTRADOS EN CLASE, la secuela es INFILTRADOS EN LA UNIVERSIDAD -- más loca, más atrevida, más cachonda y más divertida. Vamos, que se acerca en tono y casi intenciones a lo que hacen Lord and Miller -- ir a lugares extremos la mar de entretenidos (estamos en 2019 y el público lo ha visto todo, así que let´s go crazy). De veras. Hay momentos en el largo que nos ocupa que, por metalingüísticos se acercan casi a lo que se está haciendo en las aventuras de DEADPOOL.

Por supuesto, esto es algo que pillará a más de uno (otra vez) de sorpresa - y es que Landon hace un triple salto sin red y entrega e éste largo un slasher fantacientíico ROM-COM con un humor que a ratos pasa de algo como el televisivo Scooby Doo a la comedia eighties tontorrona. Casi nada.

¿La buena noticia? Que lo resuelve bastante bien. No es brillante, pero si saleroso, juguetón y bastante divertido para quien entre en el cine con canas de diversión.