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6
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Comedia
Tras el éxito mundial de Borat, Sacha Baron Cohen interpreta a un reportero gay, con cierta obsesión por la moda y por el culto al cuerpo. Esto le llevará a parodiar a los diseñadores de alta costura y modelos. (FILMAFFINITY)
12 de julio de 2009
136 de 164 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sustraigamos los chistes de consoladores, esfínteres y penes (dignos de los creadores e "South "Park") y vayamos al meollo...
Hay cosas que no funcionan en EEUU. Está claro. Y Sacha Baron Cohen nos la muestra sin cortapisas mediante un mockumentary salvaje protagonizado por un personaje gay paródico, excesivo e incapaz de dañar a una mosca, que le permite mostrar lo disparatado que es que la supuesta "mayor democracia del mundo" tenga tales contrastes y una fauna semejante:
Hay cosas que no funcionan en EEUU. Está claro. Y Sacha Baron Cohen nos la muestra sin cortapisas mediante un mockumentary salvaje protagonizado por un personaje gay paródico, excesivo e incapaz de dañar a una mosca, que le permite mostrar lo disparatado que es que la supuesta "mayor democracia del mundo" tenga tales contrastes y una fauna semejante:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
-Bonachones tipejos temerosos de Dios que dicen poder curar la homosexualidad (yo soy hetero, pero las teorías que esos tíos exponen son... bufff).
-Parejas "normales" que se juntan para copular en grupo alegremente (curioso en un país tan creyente, ¿no?).
-Chicas de cabeza hueca que aconsejan sobre lo que es "cool".
-Tarotistas engañabobos que mienten sin miedo al primer incauto que pillan.
-Chalados palurdos cuyo concepto de la heterosexualidad es ver combates sangrientos o pegar cuatro tiros a un pobre conejillo sólo para pasar el rato.
-E incluso madres y padres capaces de dejar que hagan con su bebé cualquier cosa con tal de que le saquen en la foto (o en TV) para así ganar una buena pasta.
Surreal. De verdad. La realidad supera a la ficción. Y ahí radica el poder de la película.
Las mayores carcajadas (al menos en mi caso) vienen de ver con tal claridad lo chalados y equivocados que están los yanquis... y otros varios países visitados por el protagonista.
Es como visionar un documental de Michael Moore: te ríes por no llorar.
Cierto es que la película contiene más de un chiste de mal gusto, pero son males menores.
¡Ah! Y Baron Cohen es de un atrevido que roza lo sucida: sólo hay que ver su momento entre los rabinos. Si hubieran cogido a Cohen (fíjense en su apellido y observen la ironía) le hubieran puesto como un cromo. Por no hablar del tenso momento en el que entrevista a un jefe terrorista islámico e insulta a Bin Laden (madre mía, cómo podría haber acabado...) o ese combate de lucha extrema en el que una silla lanzada por algún homófobo psicótico casi le arranca la cabeza.
En fin. Una película brutal. Se ríe de los gays alegremente. Sí. Pero da de bofetadas a los homófobos, a la forma de vida de norteamerica... y al mundo entero, la verdad.
Das is wunderbar película, vaya.
-Parejas "normales" que se juntan para copular en grupo alegremente (curioso en un país tan creyente, ¿no?).
-Chicas de cabeza hueca que aconsejan sobre lo que es "cool".
-Tarotistas engañabobos que mienten sin miedo al primer incauto que pillan.
-Chalados palurdos cuyo concepto de la heterosexualidad es ver combates sangrientos o pegar cuatro tiros a un pobre conejillo sólo para pasar el rato.
-E incluso madres y padres capaces de dejar que hagan con su bebé cualquier cosa con tal de que le saquen en la foto (o en TV) para así ganar una buena pasta.
Surreal. De verdad. La realidad supera a la ficción. Y ahí radica el poder de la película.
Las mayores carcajadas (al menos en mi caso) vienen de ver con tal claridad lo chalados y equivocados que están los yanquis... y otros varios países visitados por el protagonista.
Es como visionar un documental de Michael Moore: te ríes por no llorar.
Cierto es que la película contiene más de un chiste de mal gusto, pero son males menores.
¡Ah! Y Baron Cohen es de un atrevido que roza lo sucida: sólo hay que ver su momento entre los rabinos. Si hubieran cogido a Cohen (fíjense en su apellido y observen la ironía) le hubieran puesto como un cromo. Por no hablar del tenso momento en el que entrevista a un jefe terrorista islámico e insulta a Bin Laden (madre mía, cómo podría haber acabado...) o ese combate de lucha extrema en el que una silla lanzada por algún homófobo psicótico casi le arranca la cabeza.
En fin. Una película brutal. Se ríe de los gays alegremente. Sí. Pero da de bofetadas a los homófobos, a la forma de vida de norteamerica... y al mundo entero, la verdad.
Das is wunderbar película, vaya.