Netflix, Navidad y Bill Murray. Hasta ahí, todo bien.

Y sí: la cosa ahonda por terrenos conocidos murrayanos que arrancan cierta sonrisa a ratos, si bien el tema se acaba estancando por sobrecarga de canciones (lo cual es una excusa, pues Bill está bien acompañado por gente con la que apenas comparte momentos dialogados, lo cual revela un guión que seguramente tenía pocas páginas). Pero el tema se deja ver con agrado. Una pena que el ratio canciones/diálogos esté desequilibrado, porque a un servidor, de haber sido todo menos musical, le hubiera gustado más. En fin...