Me gusta el cine ochentero. Al menos en lo que a comedias y aventuras juveniles se refiere. Pienso en títulos como este que nos ocupa, 'Los Goonies', 'El club de los cinco', 'Jóvenes ocultos', 'La mujer explosiva', etc. Tienen algo especial, y no sé exactamente qué es, pero el caso es que es así, y la prueba de su innegable encanto es que muchos las recuerdan con cariño y las reivindican; o están permanentemente buscándolas por foros y chats de Internet, pidiéndolas y preguntando dónde se pueden encontrar o si alguien las tiene, o simplemente alabándolas con añoranza.

Evidentemente en todo ello interviene ante todo el factor nostalgia, pues una gran mayoría de internautas son veinteañeros o treintañeros que crecieron (crecimos) con estas películas, y lo que se ve en la infancia y adolescencia queda para siempre, sea bueno o malo.

El caso es que esta rebautizada 'Aventuras en la gran ciudad' (lo del babysitting se ve que no se conocía mucho por entonces) es un estupendo entretenimiento que sirve para pasar un buen rato y recordar con nostalgia toda una época, y el cine que veíamos de peques y no tan peques. Y de paso para ver a una Elisabeth Shue que todavía no se prostituía en Las Vegas ni de la que se enamoraban alcohólicos suicidas, sino adolescentes acneicos, en la pantalla y fuera de ella...