Rutinario Western hecho con poca gracia, con solo Robert Taylor como cara conocida. Me acuerdo de cuando en el programa de televisión que daban un repaso a todas las películas programadas de la semana (unas cinco o seis, ahora sería imposible) lo que destacaban de esta película es que se hizo en solo dos semanas. ¡Pues se podían haber tomado más tiempo! El argumento está muy manido, Robert Taylor parece que se arrastre por la película por el poco interés que pone, los demás actores no aportan nada, no hay indios que puedan alegrar la película...

Aburrida, aunque a su favor hay que decir que no oculta su vocación de ser una mera película de Oeste para echarse la siesta.