Jeb Stuart, uno de los guionistas más cotizados de su generación, debuta tras la cámara con esta mezcla de psycho-thriller y western moderno, sobre un agente del FBI a la caza de un asesino que ha secuestrado a su hijo.

Sus mayores aciertos radican en el trazado de personajes (muy bien interpretados, además) y la captación de escenarios (esas montañas heladas), pero lamentablemente el conjunto jamás supera el nivel de medianía.



"...DEBES LLEGAR A CREER."