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Voto de Tony Montana:
9
Cine negro. Drama Bart Tare es un hombre obsesionado desde niño con las armas. Cuando conoce a Annie, una mujer fatal, se deja arrastrar al mundo del crimen. Unidos por su afición a las armas, la relación de la pareja desemboca, entre atraco y atraco, en un torbellino de pasiones y situaciones peligrosas. (FILMAFFINITY)
13 de mayo de 2006
47 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin duda alguna, esta película fue una de las precursoras del género conocido hoy en día como road-movie. Pero no es una simpe película de carretera, tiene también algo que la hace única: una historia de bandidos, una grandísima historia de amor, y una pasión desenfrenada, enfermiza, por las armas y todo ese mundo que la rodea. Seguramente, Charlton Heston sería un gran fan de esta película cuando chaval. Tiene todos los ingredientes para ser una película icónica dentro de uno de los géneros supremos como es el cine negro, aunque también tiene puntos que forman parte de otros géneros grandiosos, como el ya comentado de road movie, o la iconografía y temática del western, representada casi paródicamente en la vestimenta de la pareja en algunas secuencias, y una forma de rodar, acompañada de algunos planos, que anticipaban la llegada del ahora decrépito movimiento de la nouvelle vague, particularmente de esa película negro-pretenciosa que es Al final de la escapada.

Analizando los personajes, nos damos cuenta de que ambos son unos inseguros, pero realmente más Laurie que Bart. Ella quiere dar la impresión de ser la que manda, y en cierto modo es así, pero luego nos damos cuenta de que es una mujer asustada, que mata por miedo a ser cazada, y es una absoluta paranoica. Ella lo hace todo por impulsos, como una clásica protagonista de cine negro, sin pensar en las consecuencias, y no duda en arrastrar a su amado marido, con la falsa promesa de que será la última vez, pero llega un punto en el que Bart se da cuenta que han sobrepasado un límite: matar a sangre fría. Es ahí cuando realmente se da cuenta de los delitos que está cometiendo, y quiere pararlos, pero ya es demasiado tarde, y la espiral que han iniciado es ya una gigantesca e imparable bola de nieve. Una auténtica reflexión acerca de quién tiene el poder para apretar el gatillo y quien no.

Esta película aúna clasicismo y modernismo de una forma brillante. Unos primeros planos totalmente nouvellevaguianos, acompañados de unos sutiles movimientos de cámara, a otros mucho más bruscos, una angulación de planos bastante " wellesiana ", con un montaje trepidante, creando situaciones de tensión para que el espectador pueda sentirse implicado emocionalmente en la historia. La película queda dividida en segmentos claramente diferenciables, como la infancia del joven Bart, con una maravillosa escena donde, muy joven, mata a un pequeño pollo como si de un juego se tratase, una escena macabramente chapliniana. Cuando todo va tornandose en una historia de amor, aparecen los primeros crímenes, y es entonces cuando ya aparece la trama en sí, llevada muy bien por Lewis, con algunas escenas memorables, y una forma de rodar que se adelantaba a su tiempo, hacen de esta soberbia película una joya que nadie debe perderse, y que influyó a clásicos posteriores como Bonnie & Clyde o la ya nombrada Al final de la escapada, y con un final tan romántico y sensacional como el de Duelo al sol... imprescindible
Tony Montana
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