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España España · La Llagosta
Voto de TOV:
6
7,8
8.077
Documental Tras el golpe de estado militar de 1965, el general Suharto ocupó el poder en Indonesia. A continuación llegó el genocidio: miles de comunistas, reales o presuntos, fueron asesinados por los escuadrones de la muerte indonesios. Unas décadas después, se les pide a dos de los más sanguinarios mercenarios de la época -ellos se hacían llamar "gángsters"-, Anwar Congo y Herman Koto, que participen en una película en la que recreen los ... [+]
29 de enero de 2017
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos encontramos ante un documental difícil de clasificar. Por un lado tenemos la historia reciente de Malasia, que vivió una persecución terrorífica a mediados de la década de los sesenta. La sociedad allí es muy diferente a la nuestra, tan solo hay que ver cómo son tratados los gansters y asesinos. Todos saben de asesinatos. Está en la memoria colectiva y lo que es peor, se concibe como algo normal e incluso, positivo. Haber asesinado a una persona de ideología comunista es algo por lo que un habitante de Malasia se puede sentir orgulloso. Es aterrador.
Por otro lado, tenemos la forma de narrar todo esto. Es muy atrevido e ingenioso, por parte de los realizadores de este documental, sacar a la luz los testimonios de esta serie de asesinos y darles la idea de que van a realizar un film acerca de las atrocidades cometidas. Pero la verdad es que me ha resultado un trabajo muy aburrido del que saco lo que se saca siempre de trabajos de este tipo: Una sociedad atroz que vive en torno a una miseria y corrupción consentida. Es algo que queda claro a los 20 minutos de documental. Alargar este trabajo tanto, hasta las casi tres horas, viendo a los mismos subnormales presumiendo de su demencia, es cansino. Yo al menos no disfruto viendo a semejante pandilla de cretinos en pantalla soltando lo primero que se les pasa por la cabeza. Porque es que encima el documental se nutre, en su mayor parte, por testimonios de chiflados. La verdad es que al menos yo tuve suficiente con los primeros 20 minutos y me atrevo a decir que la mitad de los que le ponen un 8 o 9 a esta obra lo han hecho por postureo y que posiblemente no hayan ni acabado de ver el documental, porque es infumable.

Ni es una obra de arte, ni es rompedor. Es meritorio, pero aburrido a partes iguales. Una vez más, las críticas generalizadas no corresponden con la realidad.
TOV
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