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España España · Sevilla
Voto de JLZM:
6
Drama Años 70. Un fugitivo atraviesa Texas para reunirse con su esposa y con la hija que nunca llegó a conocer. (FILMAFFINITY)
14 de mayo de 2014
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
David Lowery comentaba en una entrevista que una de sus pretensiones era hacer que “la película funcionase como una pieza de música”. Los grandes compositores de música clásica han contado historias a través de sus sinfonías, él quiere hacer sinfonía con la historia que nos cuenta. Quizás con estas declaraciones podemos entender mejor la pericia narrativa que el señor Lowery nos ofrece en ‘Ain´t them bodies saints’. Si peca de algo este neo-western crepuscular, sustentado en el drama y el romance y con reminiscencias al cine de Terrence Malick y Robert Altman, no es precisamente de ser convencional.

El título es una incorrección gramatical, una frase perdida de alguna canción que ya no pertenece a la memoria del director, pero sí lo hacen esa frase y las sensaciones que le transmitieron en su día. A veces lo incorrecto no es más que una excusa, un recuerdo a desarrollar, en forma de película.

Texas, años 70. Bob es un forajido. Tras cuatro años en prisión alejado de su esposa e hija, a la cual no llegó a conocer, decide huir de la cárcel para volver a reunirse con el único vestigio de decencia y humanidad que aún le queda en la vida, su familia. La trama se centra en la odisea de este desesperado hombre por reencontrarse con ellas y en la vida tranquila, aparentemente, de éstas mientras los acontecimientos se suceden.

Pese a tener no tener una duración extensa el ritmo que nos ofrece es bastante lento, siendo una historia concisa y de final cerrado el director aprovecha el tiempo para que la trama quede perfectamente distribuida a través de él, sin estancamientos, con una fluidez plausible. Lo cual tiene mérito, pues su remarcado gusto formal y estético podría haber lastrado esta tarea, haciéndole divagar y ofreciendo un enfoque más abstracto de la historia. Si hubiera pecado de pretenciosidad tenía todos los elementos para torpedear al espectador con un soporífero ladrillo pero, y es esto lo que le diferencia del Malick más reciente, tiene una historia concreta que contarnos y lo hace de manera directa, esa preciosa fotografía y banda sonora con los que cuenta la película están al servicio de un argumento. Sus inquietudes estéticas y artísticas no lastran el conjunto, logra enriquecerlo y sacar de la mundanalidad lo que podría haber sido una historia común. Esos páramos, esos paisajes, son un cómplice más en la huida de Bob; la historia parece mimetizarse con ellos y con la cruda belleza de esa América profunda (que tanto puede recordarnos a los Cohen). Punto a favor del bueno de Lowery.

Ante todo es una historia de amor y sacrificio. Un amor castigado por las circunstancias, por las malas decisiones y por el pasado. La búsqueda de ese amor entre páramos, entre bosques y colinas. La impotencia de ver tu vida y la de los tuyos arrebatadas, saber que tú eres el culpable de ello y no resignarte aunque la sociedad no de segundas oportunidades y aunque, quizás, no las merezcas. En la desesperación el verdadero motor es el amor, el tener a alguien por quien luchar.

En las actuaciones encontramos uno de los puntos débiles de la película. Ben Affleck me parece un error de casting, y es un actor que en otros papeles me ha convencido, pero se muestra demasiado inexpresivo encarnando a Bob; quizás era lo que el personaje requería pero no me transmite nada. Lo poco que me parece rescatable de su actuación es algún que otro monólogo, y más por el contenido del diálogo en sí que por su propia actuación. Su química con Mara es inexistente.
Rooney Mara cumple sin grandes alardes su rol como Ruth, la esposa de Bob, una actuación comedida pero creíble. Es una mujer cuyo único interés es su familia, se muestra fría con toda persona ajena a ella y desconfía de la mayoría. Formaba, también, parte de esa banda de delincuentes que encabezaba su marido antes de entrar en la cárcel.
En general me parecen mejor interpretados los papeles secundarios que los protagonistas ya que, tanto Ben Foster en el papel de Sheriff del pueblo (con una personalidad con múltiples matices), como Keith Carradine están de notable. Sobre todo éste último.

‘Ain´t them bodies Saints’ es una película que empieza cocinándose lentamente, pero desde el segundo tercio el interés va in crescendo para terminar con un final que deja buen sabor de boca. Una película interesante, que le debe más a la labor de su director (y también guionista) que a sus actores; su belleza plástica y su interés en indagar más en la forma que en el contenido le otorgan un toque diferenciador. Sentida y preciosista. Recomendable.
JLZM
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