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España España · Sevilla
Voto de Cenerento:
2
Comedia. Romance Sabrina Fairchild (Julia Ormond), la hija del chófer de la acaudalada familia de los Larrabee, desde niña se sintió fascinada por los hermanos Larrabee, especialmente por David. Convertida ya en una jovencita, gracias a los ahorros de su padre, se va a París. Cuando regresa a Estados Unidos, se ha transformado en una bella y sofisticada joven que deslumbra a David hasta tal punto que está dispuesto a romper su compromiso matrimonial con ... [+]
10 de julio de 2011
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cabe comprender que algún productor avispado o director díscolo tenga la tentación de acercar a las nuevas generaciones los grandes clásicos en blanco y negro tan incómodos para los adolescentes de hoy en día, a los que nada más nombrarles el blanco y negro salen espantados como alma que lleva el diablo.

Dichos productores y dichos directores toman al espectador por idiota al pensar que el público que va a llenar las salas comerciales jamás vio aquellos clásicos y nos enfrentamos a las nuevas versiónes limpios de conocimientos e inexpertos en memoria cinematográfica.

Sólo hace falta pensar en el descalabro que supusieron versiones nuevas de los grandes clásicos que en ningún momento fueron capaces ni de igualarse el original. Se me viene a la cabeza, sólo por poner un ejemplo, la patochada de "Psicosis" de Gus Van Sant, rodada con una falta de estilo impresionante, o la reciente versión de Kenneth Branagh de la inolvidable "La huella" de Mankiewicz. Y así, multitud de dichosos remakes que han abultado nuestra desgana cinematográfica hasta la desesperación.

La bazofia envuelta en un pretendido glamour que nos ocupa ahora no escapa de esta ácida crítica a la falta de ideas de Hollywood, empecinado en manosear y violar algo que ya estaba hecho.

Para colmo de males, le endosan el producto a Sydney Pollack para que ya lo acabe de estropear, regodeándose con su estilo tan personal de filmar en colmar al sufrido espectador de la dosis injustificada de un aburrimiento que no te hace esbozar ni la más ligera sonrisa en lo que pretende ser una comedia. Vale que su desidia le valiera a la hora de recrear los bellos paisajes de "Memorias de África", o su "tempo" fílmico, cansino y mortecino, se justificara de alguna manera en el pseudo drama de "Caprichos del destino", pero para rodar una comedia se debe aplicar un nervio del que a todas luces Pollack carece.

Imagino que Harrison Ford ni siquiera pensó en que su mediocre actuación hiciera olvidar a Humphrey Bogart; Julia Ormond, muy guapa, pero contagiada de la sosería del producto, y el pobre Greg Kinnear, haciendo intentos por parecer algo creíble pero sin saber muy bien qué hace ahí.

Recuerdo que un amigo, cuando se estrenó esta película, me dijo: "no iré a verla para no perder el buen sabor del original". No se preocupen, mil veces que se visionara esto no podría hacer perder el sabor de la "Sabrina" original. No obstante, a las nuevas generaciones les diría que le dieran una oportunidad al cine en blanco y negro, que se olviden un poco del ansia recaudatoria de Hollywood reeditando innecesarios remakes como si fueran churros y que se fundieran un abrazo reconciliador con los grandes clásicos. Merece la pena.
Cenerento
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