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Voto de Cenerento:
3
7 de octubre de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por más que vemos cine americano parece que no aprendemos y caemos siempre en la misma trampa. Un sociedad que carece de historia, de mitología y de épica se afana en personajillos de tres al cuarto, en historias totalmente insípidas e irrelevantes y en vidas que, miradas exhaustivamente, no le interesan a nadie. Hacen pasar por algo épico lo que realmente no vale nada y crean mitos que duran tres cuartos de hora Lo tienen contado ya todo en el cine: Lincoln, la Guerra de Secesión, la Segunda Guerra Mundial, la guerra de Vietnam, Luther King y Kennedy. Ya no hay nada más.
Ahora nos presentan a una señora que crea fregonas que se escurren solas, perchas de terciopelo y es la reina de la "teletienda", ya, esto es América; con este maravilloso y atrayente argumento David O. Russell construye su historia a calzador y ya de paso colarla en los Oscar. No puede ser. ¿Qué diría cualquier espectador al que se le llevara al cine a ver la vida del creador del "chupachups"? ¿Del inventor del cubo de basura con tapa? ¿Del toldo eléctrico? Diría que no tiene interés alguno. Algo por el estilo ocurre aquí. Alguien podría argumentar que no importa el "qué", sino el "cómo". Si la historia está bien contada no importa lo que se cuente. Muy bien. Pues ni el "cómo" funciona. Escenas deslavazadas, no hay hilo argumental, ni siquiera una moraleja que deje buen sabor de boca, o por lo menos alguna complicidad con el espectador. Pasada la primera media hora y la presentación de los personajes, quizás lo mejor de la cinta, cae en un sopor absoluto ya irrecuperable. Comparada con ésta, "La gran estafa americana" es una obra maestra.
Ahora nos presentan a una señora que crea fregonas que se escurren solas, perchas de terciopelo y es la reina de la "teletienda", ya, esto es América; con este maravilloso y atrayente argumento David O. Russell construye su historia a calzador y ya de paso colarla en los Oscar. No puede ser. ¿Qué diría cualquier espectador al que se le llevara al cine a ver la vida del creador del "chupachups"? ¿Del inventor del cubo de basura con tapa? ¿Del toldo eléctrico? Diría que no tiene interés alguno. Algo por el estilo ocurre aquí. Alguien podría argumentar que no importa el "qué", sino el "cómo". Si la historia está bien contada no importa lo que se cuente. Muy bien. Pues ni el "cómo" funciona. Escenas deslavazadas, no hay hilo argumental, ni siquiera una moraleja que deje buen sabor de boca, o por lo menos alguna complicidad con el espectador. Pasada la primera media hora y la presentación de los personajes, quizás lo mejor de la cinta, cae en un sopor absoluto ya irrecuperable. Comparada con ésta, "La gran estafa americana" es una obra maestra.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Casi al final de la película, el personaje que interpreta Robert De Niro dice: "la culpa es mía, le hice creer que era más que un ama de casa que vende cacharros a otras mujeres como ella en un canal de telebasura". Es el resumen perfecto y ya está todo dicho.