Sin duda alguna el perfecto thriller. El maestro Zemeckis cambia una vez más de registro para brindarnos su mejor trabajo hasta la fecha, una cinta de terror que reune toda la magestuosidad de Hitchcock y toda la espectacularidad y derroche visual de nuestros tiempos.

Para que un thriller enganche, la historia ha de interesar y Zemeckis se esfuerza en ello, no perdiéndose en los sustos fáciles ni en exagerados maquillajes para provocarnos el miedo. Se centra en contarnos una historia perfectamente creíble y magistralmente desarrollada desde su inicio, ya que como si de una figura de arcilla se tratase, el director va dando forma a la trama; conduciéndonos por un elaborado argumento que vamos resolviendo tras los ojos de Michelle Pfeiffer, de tal modo que nos asustamos y sorprendemos con los acontecimientos paralelamente al personaje de Claire sintiendo el terror que a ella misma le provocan.

También cabe destacar su importante apartado visual, totalmente estudiado y dotado de una atmósfera acuática y electrizante que nos pondra los pelos de punta y nos hará vivir situaciones realmente tensas (el climax final es absolutamente sobrecogedor, de lo mejor que se ha visto en el cine moderno). Durante toda la película nos acompañan unos planos de lo más cuidado y que, sin duda, se nos quedarán en la retina por mucho tiempo: jugando con los espejos, el agua, los vahos y las apariciones espectrales hará que al espectador que se precie de ver esta película le cueste entrar en el cuarto de baño o cuanto menos relajarse en la bañera....

Los protagonistas están muy a la altura del conjunto. Michelle Pfeiffer sin duda tiene un papel más lucido que Harrison Ford, y realiza aquí una de las interpretaciones más logradas de su carrera y más en el complicado género de terror.

Para todo ser viviente que se precie de serlo no os perdais esta obra maestra un thriller perfectamente construido que os dejará sin aliento. Cargada de giros, sorpresas y entretenimiento LO QUE LA VERDAD ESCONDE es una de esas películas para repetir una y otra vez, una obra maestra del género de las que cada vez se van haciendo menos.

Lo mejor: imposible decidirse, derrocha calidad.
Lo peor: los que la critican por su homenaje a Hitchcock