Esta película está basada en la vida de Domino Harvey, quien prefirió una vida como cazarecompensas antes que ser lo que los demás hubiesen esperado de una niña mal criada, hija de un actor famoso. Pasados cinco minutos de metraje, el espectador puede estar seguro de quien es el director de esta película. Tony Scott, fiel a su estilo, es incapaz de mantener un plano más de tres segundos. Esto, sin ser una crítica, puede llegar a desconcertar a quien no le conoce. A mí, que ya le conocía, llegó a cansarme. Para una película como esta, con mucha acción, estos golpes de cámara no desentonan del todo. Además la película tiene un guión bien preparado, con escenas de acción perfectamente ejecutadas y personajes bien caracterizados. En cuanto a la interpretación, quien más me convence en su papel es Keira como chica dura y Mickey como su jefe. En cambio, a Edgar Ramímez, nos deja una interpretación floja.