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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
8
Intriga. Drama Narra la historia de la persecución del mayor asesino en serie de la Unión Soviética. Año 1982, el brillante especialista en medicina forense camarada Bukarov, toma posesión de su cargo y pronto comienza a trabajar en el caso del asesinato de un niño en Rostov. Sin haber tenido tiempo de examinar el cuerpo, a Bukarov le llegan siete cadáveres más. Tras un estudio concienzudo, comunica a sus superiores que en la zona hay un asesino en ... [+]
7 de junio de 2015
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estupendo telefilm que pone en valor un tipo de producción que acostumbra a denostarse a sí misma con una inaudita proliferación de infumables bodrios de sobremesa. Hace ahora dos décadas la hoy reputada HBO — entre otras joyas, “Hermanos de sangre”, “Roma” y “Juego de tronos”— apuntaba aquí excelentes maneras.
“Ciudadano X” narra la porfiada persecución del prolífico asesino en serie Andrei Chikatilo por parte del incansable forense Victor Bukarov durante cerca de diez años. Pero sobre todo describe las incontables trabas provenientes de la fosilizada burocracia soviética que éste hubo de sortear para finalmente dar caza al conocido como “Carnicero de Rostov” —52 asesinatos, 35 de ellos niños—. Y es que oficialmente no había asesinos en serie en la URSS, por tratarse de una depravación occidental, otra de tantas. No fue, de hecho, hasta el advenimiento de la Glásnost que las pesquisas pudieron llegar a buen término.
Rodada con pulso de cirujano —o de patólogo forense, vaya— por Chris Gerolmo, quien también firma el guion, la trama de “Ciudadano X” es un ejemplo admirable de simplicidad inteligente, manejo de los tiempos y dosificación de la intriga. La melancolía cansada que transmite la mirada de un Stephen Rea maravilloso impregna toda la película, oportuna grisura a que contribuye muy eficazmente un diseño de producción capaz de sepultarnos bajo la ingente caspa que desprendía un régimen en franca decadencia.
Recién vine a elogiar el trabajo del norirlandés Stephen Rea en la piel del forense Bukarov. Su interpretación superlativa encuentra réplica equiparable en el cínico gerifalte encarnado por Donald Sutherland. Max von Sydow, en papel tan breve como imprescindible, completa una terna en estado de gracia que, junto a todas las virtudes señaladas, hace volar la cinta muy por encima de las posibilidades que, a priori, pudieran haberle sido atribuidas.
Carorpar
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