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Voto de Wilhelm Weinstock:
6
Drama. Romance Nueva York, años 20. En la alta sociedad norteamericana, llama la atención la presencia de Jay Gatsby, un hombre misterioso e inmensamente rico, al que todos consideran un advenedizo, lo que no impide que acudan a sus fastuosas fiestas en su gran mansión de Long Island. Gatsby vive obsesionado con la idea de recuperar al amor que dejó escapar años atrás. Para ello se hará amigo de su vecino recién llegado, el joven Nick Carraway. (FILMAFFINITY) [+]
17 de mayo de 2013
87 de 108 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El gran Gatsby" parecerá demasiado lenta para algunos y excesivamente moderna para otros, pero ante todo es una película digna de ver y de disfrutar con los ojos. La belleza de este film no está en las fiestas ni en la música, ni en las carreras de coches o los espectaculares movimientos de cámara. Ni siquiera en las meditadas (y a veces desacertadas) palabras del escritor. La belleza de "El gran Gatsby" flota en el aire, está en sus elegantes decorados, en la mágica iluminación de los escenarios y en una composición impecable y evocadora.

Esta historia nos recuerda que la riqueza y la fama son efímeras y los sueños, frágiles, pero también nos invita a fantasear y a perseguir la luz verde de esperanza al otro lado del lago —¿qué sería de nosotros si no lo hiciéramos?—. De hecho, la vida de Jay Gatsby es el reflejo simbólico de las antítesis que reinan en nuestras propias vidas. La voluntad del personaje de revivir el pasado nubla su vista en el presente; el esplendor de la alta sociedad choca con la crudeza de la pobreza; el frenesí de las tumultuosas celebraciones de la mansión contrasta con la soledad y la serenidad del muelle; la contención y las reservas de la vida vienen seguidas del descontrol tras la muerte…

Pero la mayor lección que nos enseña esta película es que no podemos negarnos a nosotros mismos, y por esa razón tampoco debemos intentar convertir a los demás en algo que no son. Pretender cambiar lo inmutable solo nos traerá infelicidad y nos conducirá lenta e irremisiblemente hacia nuestra propia destrucción. En palabras de Shane Carruth: "Puedes esforzarte en moldear tu historia, pero el color siempre florecerá".
Wilhelm Weinstock
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